La inversión de la curva de tipos de los Estados Unidos, junto con otros factores del mercado, están haciendo que se disparen los riesgos de sufrir una recesión en el país norteamericano. Cuando se habla de la inversión de la curva de tipos, se hace referencia a que la deuda a corto plazo del país […]
La inversión de la curva de tipos de los Estados Unidos, junto con otros factores del mercado, están haciendo que se disparen los riesgos de sufrir una recesión en el país norteamericano. Cuando se habla de la inversión de la curva de tipos, se hace referencia a que la deuda a corto plazo del país es más rentable que la deuda a largo plazo, algo que va contra la teoría económica, que señala que prestar a corto siempre debería ser menos rentable que a largo. O lo que es lo mismo, los inversores no se fían de la situación económica a largo plazo y prefieren asegurarse invirtiendo más en el corto plazo. Un síntoma de recesión.
Pero, no hay que olvidar que la política monetaria ultra expansiva de los últimos años ha hecho que toda esta teoría económica quede trastocada. “La interpretación de las señales de la curva de tipos se ha complicado en los últimos años, ya que las compras de activos que llevan a cabo los bancos centrales y la fuerte demanda mundial de bonos públicos seguros distorsionan algunos de los mensajes macroeconómicos de la estructura de la curva”, asegura James McCann, Deputy Chief Economist de abrdn. Por tanto, lo que antes era un claro síntoma de problemas económicos para el país, ahora hay que cogerlo con pinzas.
Eso sí, los expertos recomiendan no descartar el escenario de recesión teniendo en cuenta la elevada inflación y el menor crecimiento económico. “La amenaza de recesión se cierne sobre los mercados, especialmente en Europa, pero la breve inversión de la curva de tipos de esta semana en el mercado de bonos de EE.UU., combinada con la elevada volatilidad de las opciones del Tesoro, es una advertencia de que no debe ignorarse el riesgo de recesión en EE.UU. Los mercados de bonos estadounidenses están mostrando signos de tensión. Esto no se refleja en la renta variable, donde el VIX sigue siendo moderado y los índices estadounidenses cotizan por encima de sus niveles anteriores a la guerra. El mercado de bonos parece tener un mejor control de los riesgos potenciales”, comentan desde la gestora Federated Hermes.
No cabe duda de que los riesgos de una posible recesión han aumentado, más en Europa que en Estados Unidos. Aun así, también se han disparado en el país americano. “En tres años la probabilidad de recesión es, por supuesto, mucho mayor”, señala Ludovic Colin, Co-Head of Fixed Income Opportunities, Portfolio Manager, Vontobel.
Aunque, eso sí, también hay que valorar otros aspectos económicos como el hecho del pleno empleo. Así, Colin asegura que “no olvidemos que las curvas han dado varias señales falsas en el pasado. La coincidencia no es la causalidad. Además, la curva de yield real sigue siendo positiva. Y lo que es más importante, es muy difícil creer que vayamos a tener una recesión, mientras que, al mismo tiempo, en algunas grandes economías nos estamos acercando al pleno empleo”.
En definitiva, según adelantan desde Federated Hermes ahora los riesgos son mayores, pero el escenario principal no es el de una recesión en este año. “El riesgo de recesión ha aumentado, y cuando hacemos una previsión hasta finales de este año, vemos una probabilidad de alrededor de un 25% de recesión en 2023. Lo que es otra forma de decir que los datos económicos y financieros nos dicen que los riesgos de una recesión son significativos y van en aumento, pero no hasta el punto de que nuestro actual escenario base sea una recesión si tenemos en cuenta las perspectivas macroeconómicas y de mercado”.
¿Hacia dónde mirar para protegerse de la inflación?
Es posible que el crédito estadounidense, menos expuesto al conflicto ucraniano, tenga ventaja