En 2021 se ha registrado un fuerte repunte de la emisión de bonos verdes en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, fundamentalmente como resultado de la creciente demanda de los inversores nacionales e internacionales, junto con el incremento de las emisiones por parte de nuevos emisores y de los ya existentes. Así lo […]
En 2021 se ha registrado un fuerte repunte de la emisión de bonos verdes en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, fundamentalmente como resultado de la creciente demanda de los inversores nacionales e internacionales, junto con el incremento de las emisiones por parte de nuevos emisores y de los ya existentes.
Así lo señala la la mayor gestora de activos de Europa, Amundi, que en su Informe ‘Emerging Market Green Bonds 2021 deja claro que la apuesta por la sostenibilidad viene de la mano de generaciones de inversores comprometidos.
Así, el texto destaca que a pesar de la incertidumbre de la Covid y otras desviaciones en muchas economías, el mercado mundial de bonos verdes superó la mayoría de las previsiones.
Según los números del estudio de la gestora, la emisión de bonos verdes en los mercados emergentes y las economías en desarrollo (EMDE) se duplicó con creces en 2021, alcanzando la cifra récord de 95.000 millones de dólares, frente a los 41.000 millones de dólares de 2020. Treinta y cinco EMDEs emitieron bonos verdes en 2021, incluyendo 7 nuevos participantes en el mercado: Bangladesh, Costa de Marfil, República Dominicana, Guatemala, Pakistán, Serbia y República Eslovaca. China fue el mayor emisor, con más del 60% del total, seguido de India, Chile, la República Checa, Polonia y Brasil.
”Los bonos verdes y otros instrumentos financieros incipientes destinados a proyectos sociales y de sostenibilidad se están convirtiendo en una fuente de financiación cada vez más importante para muchas economías emergentes. Como muestra este informe, el momentum de las emisiones se recuperó con mucha fuerza tras un año difícil en 2020 y el interés de los inversores, tanto nacionales como internacionales, sigue siendo fuerte”, ha señalado Susan Lund, Vicepresidenta de Economía y Desarrollo del Sector Privado de la CFI.
Tal y como destaca la investigación de Amundi, es necesaria una inversión considerable para que los mercados emergentes cumplan con los objetivos de desarrollo y la transición hacia economías bajas en carbono. “Mantener el momentum de crecimiento logrado en 2021 durante este año podría ser un reto, dadas las presiones de inflación existentes y las interrupciones en la cadena de suministro acentuadas por la guerra en Ucrania”, concreta su comunicado.
Yerlan Syzdykov, Director Global de Mercados Emergentes de Amundi, comentó por su parte: "A través de su asociación única e innovadora con IFC, Amundi sigue comprometido con el desarrollo del mercado de bonos verdes en los países emergentes a través de sólidos esfuerzos y compromisos con los diferentes participantes del mercado para impulsar tanto la oferta como la demanda de bonos verdes. Aunque vemos que surgen nuevos retos tras la pandemia, seguimos esperando un crecimiento continuo. La emisión anual de bonos verdes en los mercados emergentes podría ascender a 150.000 millones de dólares en 2023, y los emisores chinos podrían aportar más de la mitad del total”.
Los 95.000 millones de dólares emitidos en 2021 supusieron más del doble de los 41.000 millones de dólares de 2020, y estuvieron muy por encima de los 53.000 millones de dólares de 2019. A ello hay que sumar 64.000 millones de dólares de bonos sociales, de sostenibilidad y ligados a la sostenibilidad, que elevaron la emisión total de estos bonos en los mercados emergentes a 159.000 millones de dólares en 2021, casi el triple del volumen de 2020.
Aunque el aumento de los tipos de interés afectó al retorno total del mercado mundial de bonos verdes, estos fueron relativamente más resilientes en los mercados emergentes en 2021, superando en 77 puntos básicos al índice general de bonos de los mercados emergentes. Los datos del mercado secundario indican que la "prima verde" media de los emisores de mercados emergentes se sitúa en torno a los 3,4 puntos básicos.
China mantuvo su papel como el mayor emisor de bonos verdes entre los EMDE, con una emisión de 59.000 millones de dólares en 2021, o el 63% del total. Los emisores corporativos no financieros en China superaron a las instituciones financieras por primera vez. La emisión de los EMDEs excluyendo a China experimentó un rápido crecimiento, ya que la emisión de bonos verdes en estos países aumentó un 58% en 2021, hasta los 35.200 millones de dólares.
El uso de los ingresos de los bonos verdes suele destinarse a proyectos específicos que contribuyen a objetivos medioambientales. De forma acumulada, la mayor parte del uso de los ingresos se destinó a las energías renovables, con un 45% en 2021.
Junto con los bonos verdes, otros tipos de bonos emitidos en los países emergentes cuyos ingresos se destinan a proyectos sociales y de sostenibilidad específicos también han experimentado un aumento de las emisiones y del interés de los inversores, al igual que los bonos ligados a la sostenibilidad (SLB).