La alta inflación estadounidense presiona a la Fed

Según el último informe de los precios al consumo en Estados Unidos del Departamento de Trabajo, estos registraron en el mes de marzo su mayor aumento en 16 años y medio, un alza motivada en gran parte por los elevados costes de la gasolina ante la guerra de Rusia.

Así, el IPC de la potencia subió un 1,2% en el tercer mes del año, lo que supone la mayor subida mensual desde septiembre de 2005. Cabe recordar que el índice aumentó un 0.8% el mes pasado de febrero. 

Fuente: Bureau of Labor Statistics US – Departamento de Trabajo de EEUU

El alza los últimos 12 meses del IPC se ha acelerado un 8,5%, lo que supone la mayor subida interanual desde diciembre de 1981 y parte del un aumento del 7,9% en febrero. Marzo se sitúa así como el sexto mes consecutivo en el que el IPC se establece por encima del 6%.

La inflación en EE.UU. alcanzó un nuevo máximo de cuarenta años, el 8,5%, uno de los mayores aumentos de precios del mundo. Sin embargo, los mercados pueden ver un cierto alivio en los primeros signos de relajación de las presiones sobre los precios, a medida que nos acercamos a los niveles máximos de inflación, y con un agresivo 2,5% de subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal ya previstas para este año”, comenta por su parte Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

Fuente: Bureau of Labor Statistics US – Departamento de Trabajo de EEUU

Pero aunque la gasolina ha marcado la pauta de los altos precios ante la problemática geopolítica, lo cierto es que el informe estadounidense también destaca que tanto los alimentos como los servicios, así como el alquiler de viviendas también han contribuido a este alza. 

Y es que aunque Rusia sea conocido ya por todos como el segundo exportador del mundo del crudo, no podemos olvidar que el país de Putin también hace importantes exportaciones de productos básicos para la alimentación tales como el aceite de girasol o el trigo, lo que, ante su invasión en Ucrania, ha hecho que se encarezcan. 

El documento del Departamento de Trabajo señala además que excluyendo los componentes de los alimentos y la energía, el IPC subió un 0,3%, tras haber ganado un 0,5% en febrero. El llamado IPC subyacente aumentó un 6,5% en los 12 meses transcurridos hasta marzo, el mayor avance desde agosto de 1982, tras subir un 6,4% en febrero.

Además, debemos tener en cuenta que los bloqueos de China como forma de contener los altos contagios de Covid también están ejerciendo presión en las cadenas de suministros y están contribuyendo a los cuellos de botella. 

El aumento de los precios al consumo en marzo supuso una aceleración respecto al anterior incremento anual del 7,9%, y se situó ligeramente por encima de las previsiones del mercado de un aumento del 8,4%. Las subidas estuvieron encabezadas por la energía, que subió un 32% con respecto al año anterior, los alimentos, que subieron un 8,8%, y la vivienda -el mayor peso del índice-, que subió un 5,0%”, explica el estratega de eToro, que añade: “El alivio vino de la mano de los precios «básicos», que excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, que subieron a su ritmo más lento desde septiembre. A ello contribuyó la anterior subida de los precios de los coches usados, que parece haber tocado techo, al caer por segundo mes consecutivo”. 

La alta inflación presiona a la Reserva Federal

En este contexto, donde la inflación continúa escalando después de varios meses, algunos integrantes de la Reserva Federal estadounidense han señalado estar dispuestos a sacrificar algo de crecimiento económico para hacer frente a los altos precios que la situación post-pandemia y la guerra en Ucrania han llevado a la potencia. 

Prueba de ello es que el banco elevó los tipos de interés un cuarto de punto el mes pasado por primera vez desde el año 2018. Ahora, y viendo los últimos datos de inflación de Estados Unidos, los expertos apuntan a que la Fed se verá obligada a subir los tipos de interés con más fuerza en su próxima reunión de política monetaria, algo que también respaldan las actas publicadas la semana pasada. 

El informe de hoy sobre la inflación valida las expectativas de que la Reserva Federal subirá 50 puntos básicos en mayo, como ya sugirió el reciente comunicado del FOMC. Según admite la propia Fed, el banco central va por detrás de la curva en su lucha contra la inflación y está deseando ponerse al día con mayores subidas de tipos y el inicio del endurecimiento cuantitativo en las próximas reuniones, un esfuerzo incierto dado que la política monetaria afecta a la economía real con retrasos de entre 12 y 18 meses, y no está del todo claro cómo funciona la relajación cuantitativa”, explica Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes Ltd, que añade: “Aunque la Reserva Federal sigue creyendo que será capaz de lograr un aterrizaje suave, esto rara vez ocurre, y la convergencia de la inflación impulsada por los costes, que está presionando los ingresos reales, y el endurecimiento monetario y fiscal podría dar lugar a un golpe más duro de lo deseado en la demanda”. 

¿Alivio para los mercados financieros?

Pero aunque la alta inflación presione al endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, los analistas consideran que los mercados financieros podrían verse aliviados ante la esperanza de que los altos precios hayan tocado techo. 

Según Laidler, los estresados mercados financieros verán un poco de alivio en el hecho de que la incómoda y elevada inflación esté mostrando signos tentativos de tocar techo. “Ello podría suavizar tanto las previsiones, ya de por sí «halagüeñas», de que la Reserva Federal suba los tipos de interés un 2,5% este año, como la espectacular subida reciente de los rendimientos de los bonos estadounidenses y el fortalecimiento del dólar”, aclara. 

“La inflación del IPC de EE.UU. podría haber alcanzado su máximo este mes, suponiendo que no se produzca una nueva escalada del conflicto en Ucrania y que los precios del petróleo evolucionen en línea con la curva de ahora en adelante”, comenta la experta de Federated Hermes Ltd, pero añade: “Sin embargo, aún existen considerables presiones externas e internas sobre los precios -el aumento de los costes de los productos y de la mano de obra tardará algún tiempo en repercutir en los precios al consumo-, lo que significa que la inflación se mantendrá probablemente en niveles elevados al menos durante el resto del año”. 

“Ahora esperamos que se sitúe en una media del 7% este año. Más adelante, la estabilización de los precios de la energía, los efectos de base, la disminución de las restricciones de la oferta mundial y, sobre todo, la desaceleración de la demanda interna deberían contribuir a reducir rápidamente la inflación. Dicho esto, la inflación podría llegar a estabilizarse por encima del objetivo del 2% de la Fed, en la medida en que la pandemia y la guerra de Ucrania catalizaran cambios estructurales en el mercado laboral a nivel nacional y en las cadenas de suministro a nivel mundial, mientras que una transición ecológica mal gestionada también resultaría inflacionista”, aclara Dall’Angelo. 

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