¿Vamos a ver un ‘Sell in May and Go Away’?

"Sell in May and Go Away" es un adagio popular en los mercados financieros que sugiere que los inversores deberían vender sus acciones en mayo y reinvertir su capital nuevamente en noviembre. Según esta estrategia, los meses de verano (mayo a octubre) son considerados históricamente como períodos de bajo rendimiento en los mercados de valores, mientras que los meses de invierno (noviembre a abril) tienden a tener un mejor desempeño.

Esta estrategia de inversión sobrevuela los mercados cada mes de mayo para saber qué es lo más probable que pase durante los meses estivales, que suelen ser de un rendimiento más bajo. Pero, ¿qué se puede esperar este año en concreto?

“Este año es muy probable ver un ‘Sell in May and Go Away’”

Los principales analistas y gestores del mercado ven probable ver este movimiento este año teniendo en cuenta las condiciones actuales del mercado. Un mercado predominado por la incertidumbre al no saber qué harán los bancos centrales. “La recomendación de vender en mayo y marcharse suena más cierta en 2023 de lo que lo ha sido en años”, asegura Maximilien Macmillan, Investment Director de abrdn.

Sin embargo, este año, el periodo que comienza en mayo y abarca los meses de verano es bastante difícil de interpretar. Los mercados esperan que los tipos de interés oficiales hayan tocado techo y que los bancos centrales empiecen a recortar las políticas monetarias en la segunda parte del año, apoyados por una mejora del perfil inflacionista mundial.

“El efecto "vender en mayo" podría producirse también en este año tan difícil; una señal de apoyo es la inusual reacción moderada a la última temporada de presentación de resultados, que sigue siendo decente. Probablemente, los inversores empezaron a ser un poco más prudentes a la espera de una mayor claridad en cuanto a la evolución macroeconómica y de los precios”, añade Salvatore Bruno, responsable de inversiones en Generali Investments.

¿Qué valora el mercado?

En estos momentos hay tres condicionantes encima de la mesa: los resultados empresariales, la política monetaria y las condiciones macroeconómicas. En el primer caso, con el 90% de las compañías del S&P500 que ya los han presentado, la narrativa se ha centrado en destacar que aquellos han sido “mejor de lo previsto por el consenso”, al observar una caída año contra año (YoY) del 3% cuando se esperaba un 7% de descenso. En concreto, el 71% han batido ese consenso en términos de BPA.

De la política monetaria se espera una pausa por parte de la Reserva Federal y entre una y dos subidas más por parte del Banco Central Europeo. Mientras que los datos macro siguen mostrando cierta fortaleza, aunque el crecimiento se ralentiza.

“Es muy improbable que las economías de los mercados desarrollados se desinflen de forma ordenada y que las tasas de desempleo aumenten lo suficiente como para generar capacidad excedentaria sin que se produzca una discontinuidad en el ciclo económico. No podemos prever con exactitud qué se romperá y cuándo, pero la historia nos dice que deshacer agresivamente un estímulo excesivo en una fase tardía del ciclo económico es terreno abonado para la aparición de grietas, y muchos de nuestros indicadores están parpadeando en rojo”, asegura el Investment Director de abrdn.

El mercado está siendo “cauto”

“Si tenemos alguna confirmación de que la desinflación está en marcha, hay margen para un repunte de los principales activos, una recuperación después de 2022. El posicionamiento del mercado sigue siendo muy cauto, lo que sugiere que el mercado no está preparado para buenas noticias. Así que sí, los mercados corren más riesgo en un entorno así y es muy difícil defender algo diferente a una asignación de activos más bien cauta. Sin duda queremos seguir invertidos y con los ojos abiertos”, agrega Benjamin Melman, CIO global en Edmond de Rothschild AM.

Sin embargo, Maximilien Macmillan asegura que es momento de alejarse de la renta variable. “Creemos que se avecina una recesión en las economías desarrolladas, los mercados no la están valorando, y recomendamos renunciar al riesgo de la renta variable en favor de estrategias defensivas. La disponibilidad de crédito se estrechará a medida que el efecto total de las subidas de los tipos de interés se extienda por el sistema en 2023. Venda en mayo, váyase, y compre de forma oportunista una vez que el sentimiento se haya deteriorado".

Las visiones acerca de lo que puede ocurrir se muestran, por ahora, contrapuestas. Por un lado, Melman asegura que si la desinflación se confirma se puede dar una cierta recuperación en los mercados de capitales de renta variable. Mientras que Macmillan apuesta por salir de las bolsas debido a que las tensiones macroeconómicas pueden crear una recesión en la que las empresas salgan perjudicadas y, por ende, también lo hagan los inversores.
 

2023-05-19 06:47:27

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