La escala de los movimientos del mercado financiero en respuesta al brote de coronavirus ha sido una reminiscencia de la crisis financiera mundial. “Sin embargo, no creemos que esto sea 2008”, señalan en la gestora BlackRock, que ha emitido un comunicado para todos sus inversores. “Es probable que el impacto del choque del virus sea […]
BolsasLa escala de los movimientos del mercado financiero en respuesta al brote de coronavirus ha sido una reminiscencia de la crisis financiera mundial. “Sin embargo, no creemos que esto sea 2008”, señalan en la gestora BlackRock, que ha emitido un comunicado para todos sus inversores. “Es probable que el impacto del choque del virus sea grande y agudo, pero creemos que los inversores deben ser sensatos, adoptar una perspectiva a largo plazo y seguir invirtiendo”, apuntan.
Los motivos para el optimismo en la gestora se basan en considerar que la economía está en una base más sólida y, lo que es más importante, el sistema financiero es mucho más robusto que cuando entró en la crisis de 2008. “No consideramos que esto sea un acontecimiento que ponga fin a la expansión, siempre que se dé una respuesta política preventiva y coordinada. Y vemos signos alentadores de que esta respuesta política está comenzando a unirse”, añaden.
En este mismo motivo, desde BlackRock apuntan que las principales vulnerabilidades que deben abordarse son: los problemas de liquidez a los que se enfrentan las empresas, especialmente las pequeñas y medianas empresas, y los hogares. El Instituto de Inversiones BlackRock cambió su postura moderadamente favorable al riesgo a neutral hace dos semanas, cuando el brote de coronavirus comenzó a propagarse por todo el mundo. Las autoridades tienen fuertes incentivos para adoptar medidas agresivas de salud pública a fin de evitar que el virus se propague debido a las limitaciones de capacidad en el sector de la atención de la salud. “Es probable que esto dé lugar a una fuerte y profunda desaceleración económica en el corto plazo”, destacan.
También comentan que los movimientos del mercado se han visto agravados por el desplome de los precios del petróleo en más del 20% al desbaratarse un pacto de la OPEP para estabilizar los precios. Esto debería beneficiar en última instancia el crecimiento mundial, pero también corre el riesgo de que se produzcan, al menos temporalmente, trastornos financieros y económicos en los sectores de gran consumo energético, como los exportadores de productos básicos de los mercados emergentes y las partes de alto rendimiento de los Estados Unidos. “Es el momento de que los inversores mantengan una perspectiva a largo plazo. La profundidad y duración finales del impacto económico del coronavirus son muy inciertas, pero seguimos creyendo que la conmoción debería ser temporal, ya que el brote acabará por disiparse y la actividad económica se normalizará”, comenta la gestora a sus inversores.
Por último, señala que su estrategia para estos momentos se basa en “favorecer la resistencia de la cartera, incluyendo el efectivo y las estrategias de inversión sostenibles, y la elección de los títulos del Tesoro de EE.UU. a los pares de menor rendimiento para el lastre de la cartera. Reconocemos que las asignaciones del Tesoro están desempeñando su papel en momentos de gran incertidumbre, pero vemos los riesgos de una disminución de la protección contra las ventas en el mercado de valores y una recuperación de los rendimientos desde niveles históricamente bajos”, concluyen.