La fuerte apreciación que ha experimentado el yen puede hacer creer a los inversores menos avezados que la renta variable japonesa puede sufrir un revés, por el impacto que podría tener en los beneficios de las empresas. Pero sucede todo lo contrario. Los cambios que han experimentado las compañías niponas en los últimos años favorecen […]
Dirigentes Digital
| 13 mar 2018
La fuerte apreciación que ha experimentado el yen puede hacer creer a los inversores menos avezados que la renta variable japonesa puede sufrir un revés, por el impacto que podría tener en los beneficios de las empresas. Pero sucede todo lo contrario. Los cambios que han experimentado las compañías niponas en los últimos años favorecen el mantenimiento del ciclo bursátil alcista. De hecho, la correlación entre el yen y el Topic, el índice bursátil de referencia del país asiático, ha sido negativa desde el estallido de la crisis subprime. De ahí, que el presidente del Banco Central de Japón, Kuroda, sea proclive a tolerar una revalorización del yen hasta cierto punto. ¿Cuáles son esos cambios que afectan tan positivamente? Un reciente informe elaborado por Fidelity destaca cómo más de 1.800 empresas de las 2.015 que componen el Topix obtienen ya sus beneficios fuera de Japón. Un “cambio estructural” que ha permitido sortear los efectos de la crisis. “Las compañías han estado desplazando la producción fuera del archipiélago desde hace muchos años y ya representa un porcentaje del 25% del sector manufacturero. Como consecuencia de esto, los beneficios ya no dependen tanto de las fluctuaciones del yen como sucedía antes”, destacan los autores del informe. Y esta búsqueda de nuevas localizaciones para las fábrica niponas y el incremento de las inversiones en el extranjero ha permitido acumular un excedente de 200.000 millones de dólares durante el año pasado, la cifra más alta alcanzada en una década. De hecho, los beneficios obtenidos por las inversiones directas en el extranjero se han incrementado un 20%, alcanzando el récord de casi 13 billones de yenes. Esta busca de inversiones fuera de sus fronteras ha significado un aumento de las operaciones corporativas de fusiones y adquisiciones, subraya el informe de Fidelity, permitiendo romper la dependencia de las compañías niponas de la demanda interna y beneficiarse del crecimiento global de la economía. El principal objetivo de estas transacciones de M&A ha sido acelerar el crecimiento a través de la expansión geográfica. Las operaciones de tamaño medio han permitido, por ejemplo, adquirir firmas tecnológicas o abrir nuevos canales de distribución en países desarrollados. Estas operaciones de fusiones y adquisiciones también han servido para que las compañías japonesas hayan podido diversificar sus carteras de negocio, gracias al apoyo de las medidas fiscales que ha implementado el gobierno. De esta forma, las empresas niponas han podido acumular el año pasado unas reservas de alrededor de 3,35 billones de dólares, casi cuatro veces más que lo alcanzado en 2013. De hecho, si se exceptúan las firmas financieras (bancos y aseguradoras), las compañías japonesas obtuvieron el año pasado 1,7 billones de dólares en cash.