Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, explicó a finales de 2014 que el tamaño sí que era importante. Se refería al tamaño de los bancos del continente y hablaba de “un sistema bancario fragmentado”. Desde entonces se han producido diversos movimientos, como el de Deutsche Bank y CommerzBank, que también han tenido su […]
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| 28 mar 2019
Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, explicó a finales de 2014 que el tamaño sí que era importante. Se refería al tamaño de los bancos del continente y hablaba de “un sistema bancario fragmentado”. Desde entonces se han producido diversos movimientos, como el de Deutsche Bank y CommerzBank, que también han tenido su reflejo en el ecosistema bancario de nuestro país.
Entre esos cambios, se encuentra la absorción de Banco Popular por parte de Banco Santander o las recientes acometidas sobre Liberbank por parte de Abanca, que estaba estudiando cómo fundirse con Unicaja Banco. El caso es que en los últimos tiempos se viene comentando cómo encaja Bankia en ese escenario de fusiones.
No hace tanto BBVA se situaba como un posible socio y, más recientemente, se ha colado Banco Sabadell. Esta actividad tiene sentido en la situación actual, con tipos de interés en mínimos, cuando el negocio bancario tiene que recurrir a segmentos alternativos para resultar rentable. En ese sentido, las sinergias entre entidades suponen una variable a tener en cuenta para mantener la rentabilidad.
Las palabras exactas de Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, hablaban de que hay cosas “debajo de la mesa”. Contestaba a las declaraciones de su homólogo en Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, quien dijo que no había ninguna fusión “sobre la mesa ni sobrevolándola”. No obstante, ninguno de los dos ha negado tal posibilidad.
De hecho, Oliu explicó que “las cosas que están debajo de la mesa se pueden plantear, sí, pero de momento están debajo de la mesa”. Esos términos dan a entender que sí ha podido haber conversaciones entre las dos entidades.
En cualquier caso, no hay que olvidar que más del 60% de Bankia pertenece al estado, de modo que cualquier cambio de rumbo en la entidad necesitaría del visto bueno del gobierno. Así, Goirigolzarri recordó la semana pasada que la privatización del banco debe continuar y así dejar de lado “tentaciones de crear una banca pública”.