La pandemia generada por el coronavirus ha provocado que los gobierno de todo el mundo y los bancos centrales aprueben planes extraordinarios para tratar de paliar los daños. El aumento de la masa monetaria se está viendo impulsado por varios factores. Por un lado, el sector público ha ampliado enormemente el crédito para compensar el […]
BolsasLa pandemia generada por el coronavirus ha provocado que los gobierno de todo el mundo y los bancos centrales aprueben planes extraordinarios para tratar de paliar los daños. El aumento de la masa monetaria se está viendo impulsado por varios factores. Por un lado, el sector público ha ampliado enormemente el crédito para compensar el déficit fiscal previsto y el aumento del gasto público, por lo que ahora mismo mantiene grandes cantidades de liquidez. El sector empresarial también ha reforzado sus posiciones en liquidez mediante un aumento del endeudamiento, gracias, entre otras cosas, a los generosos programas de préstamos garantizados por el Estado. Además, la emisión de bonos corporativos ha alcanzado máximos históricos que, gracias a las compras de los bancos centrales, ha contribuido a expandir la masa monetaria.
“Por otra parte, la situación económica sigue siendo sumamente frágil. Millones de trabajadores continúan en programas de desempleo parcial por lo que, en vista de la precaria situación de los mercados laborales de todo el mundo, no anticipamos una gran presión inflacionaria por parte de los salarios. La debilidad de la demanda y la drástica infrautilización de las capacidades tampoco respaldan los argumentos a favor de un rápido aumento de las tasas de inflación. Otros factores, como una reducción temporal del impuesto sobre el valor añadido en Alemania, han llevado las tasas de inflación a niveles aún más bajos que, en algunos casos, han llegado a ser incluso negativos”, señalan en el último análisis de la gestora DWS.
Pese a todos estos cambios, los expertos no observan riesgos inflacionarios. Sin embargo, a más largo plazo, “existen algunos factores que podrían elevar las tasas de inflación dentro de algunos años, un periodo para el que no tiene sentido usar el crecimiento de la masa monetaria como indicador adelantado”, puntualizan.