Colibid es una plataforma de subasta hipotecaria donde son los bancos y los brokers hipotecarios quienes pujan por el usuario, ofreciendo las mejores condiciones del mercado. ¿Cómo surgió esta idea y cuál es elemento de valor que aporta tanto a los usuarios como a los bancos? La idea parte de nuestra propia necesidad. No hemos […]
Marketing y comunicaciónDirigentes Digital
| 08 mar 2023
La idea parte de nuestra propia necesidad. No hemos sido los únicos que han ido a solicitar una hipoteca a un banco y se han sentido como si estuvieran pidiendo un favor. Stefano, uno de mis socios fundadores y CEO de Colibid, fue el primero que vio que el proceso era sumamente injusto para los usuarios. Cuando nos planteó lo que tenía en mente todos lo vimos enseguida y, poco a poco, le fuimos dando forma a la idea y al servicio que hoy en día ofrecemos.
Nuestra misión es precisamente evitar que más gente se haya sentido como nosotros. Ofrecemos a nuestros usuarios la posibilidad de hacer que los bancos compitan entre ellos para ofrecerles las mejores condiciones hipotecarias, sin tener que desgastarse negociando o visitando oficinas bancarias.
Actualmente no hay nada parecido en el mercado. Otras empresas del sector se limitan a hacer ofertas genéricas (comparadores) o son brokers digitales que no te dan más que una o dos opciones. Pero mediante el sistema de subasta podemos ofrecer las que, objetivamente, son las mejores condiciones del mercado.
El usuario se registra en nuestra plataforma en solo cuatro minutos, en ese momento se inicia una subasta de tres días donde bancos y brokers podrán evaluar su perfil financiero y competir entre ellos para captarlo como cliente. ¿Cómo? Ofreciendo las mejores condiciones posibles para ese usuario. Al final de los tres días, este puede elegir quién ha sido el mejor postor que lo consigue como cliente, todo gratis, sin compromiso y sin tener que salir de casa.
Al ser algo que no existía hasta que lo creamos hace un año, diría que comenzó siendo un mundo ya bastante integrador en ese tema. Lo cierto es que, al margen del concepto de subasta hipotecaria que nosotros mismos hemos creado, el sector financiero sigue teniendo una predominancia clara de hombres frente a mujeres. Igual que el mundo startup, del que también formamos parte.
Afortunadamente, cada vez hay más presencia femenina, pero la proporción entre emprendedoras y emprendedores sigue siendo de un 20%-80%, según el último informe de South Summit. Yo tengo la esperanza de que esa desigualdad se vaya reduciendo año tras año hasta llegar a una paridad casi total.
Creo que el problema en este caso está en la formación que todos recibimos. Sin duda hay carreras que históricamente han tenido más popularidad entre hombres o mujeres, pero más allá de eso creo que todas pecan de lo mismo. Y es que no se profundiza apenas nada en el emprendimiento. Conceptos como startup, pyme, autónomo o emprendedor quedan relegados a un segundo plano, casi anecdótico, en todas las formaciones que se supone te preparan para ser un profesional.
Con tanta incertidumbre en torno a una decisión profesional de este calado, es normal que haya más hombres, que generalmente tiene mayor pretensión al riesgo, que mujeres. Por ello, creo que el camino para que haya igualdad, en este y en casi cualquier otro ámbito, es que se mejore y amplíe la formación que se imparte.
¡Que lo hagan! Nada te asegura el éxito, pero emprender solo puede traerte cosas buenas. Si tu emprendimiento sale bien podrás vivir de algo que te gusta, haciéndolo como a ti te gusta, y esa sensación de libertad nunca la tendrás trabajando para otra persona. Y en el caso de que salga mal, la experiencia y el aprendizaje que habrás conseguido no es comparable con el de ningún otro puesto de trabajo ordinario. En cualquiera de los dos casos crecerás como persona y podrás quitarte la espinita de ‘qué hubiera pasado sí…’.