En el fútbol mundial existen todo tipo de competiciones. A escala nacional, los equipos compiten en varias divisiones por los títulos de Liga, por regularidad, y Copa, en formato de eliminatoria, mientras que, a nivel continental, los más destacados de cada país compiten en uno o incluso dos torneos, en el caso de Europa y […]
NacionalDirigentes Digital
| 17 may 2018
En el fútbol mundial existen todo tipo de competiciones. A escala nacional, los equipos compiten en varias divisiones por los títulos de Liga, por regularidad, y Copa, en formato de eliminatoria, mientras que, a nivel continental, los más destacados de cada país compiten en uno o incluso dos torneos, en el caso de Europa y Sudamérica.
Hasta ahora, salvo en el caso de las selecciones nacionales, no existía una competición al máximo nivel que enfrentase a los mejores clubes de cada continente, salvo un torneo conocido como Copa Intercontinental o Copa Toyota, que se celebró de manera discontinua entre 1960 y 2004, y su sucesor el llamado “Mundialito de Clubes”, que no termina de convencer a clubes y aficionados por su calendario y escasa competitividad.
Para corregir esta carencia, la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), lleva varios años preparando una iniciativa de torneo mundial para clubes, que en los últimos años ha comenzado a tomar forma y a ganar apoyos dentro de los estamentos futbolísticos.
La propuesta cuenta con la firme oposición de la Federación Europea de Fútbol (UEFA), que teme que su máxima competición, la Champions League, pierda interés y respaldo publicitario, y del Foro Mundial de las Ligas, que agrupa a las competiciones nacionales, que rechazan crear un nuevo torneo que complique todavía más el saturado calendario futbolístico.
Para vender esas resistencias, el proyecto de la FIFA se basa en una financiación total de 12.000 millones de dólares para poner en marcha esta nueva competición y convencer a clubes y federaciones de sus ventajas. Además, el nuevo Mundial de Clubes se celebraría cada cuatro años, como los Mundiales de selecciones nacionales, y eliminando el actual Mundialito y la Copa Confederaciones de selecciones.
Si el proyecto se aprueba, a partir de 2021 los 24 mejores clubes de Europa, América del Sur, Asia, África, Oceanía y Norteamérica y el Caribe, competirán cada cuatro años en el mes de junio, al final de la temporada regular. Este formato busca que la competición sea, al mismo tiempo, más competitiva y representativa, lo que garantizaría la venta de unos derechos televisivos y publicitarios mayores.
El calendario propuesto supone también una ventaja para los clubes y las competiciones nacionales y continentales, ya que supone suprimir el Mundialito, que actualmente tiene difícil encaje al celebrarse cada año a mitad de la temporada y apenas tiene repercusión, dado que, de sus siete participantes, sólo el campeón de la Champions League europea y el de la Copa Libertadores sudamericana atraen interés mediático.
En el terreno económico, el nuevo Mundial de Clubes repartirá 1.900 millones de dólares en premios entre los clubes en cada una de sus cuatro primeras ediciones, según Financial Times. De ese presupuesto, 450 millones se emplearán en los costes del torneo y 600 millones se entregarán en concepto de apoyo financiero a las confederaciones continentales, las federaciones nacionales y los clubes más pequeños.
Ambos argumentos, el competitivo y el económico, parecen haber convencido a los grandes clubes de nivel mundial, especialmente a los de Europa, a los que se ha ofrecido la ventaja de aportar 12 de los 24 participantes del torneo, dado que sus ligas, especialmente la española, la inglesa, la italiana y la alemana, son las más importantes y seguidas del mundo.
Además, hay que tener en cuenta que los ingresos que promete este nuevo Mundial se sumarían a los que los clubes europeos ya reciben año a año según su rendimiento en las dos máximas competiciones continentales. Así, la Champions League cuenta con un total de 1.300 millones de euros en recompensas para los participantes, hasta un máximo de 50 millones por club, mientras la Europa League reparte hasta un tope de 17,2 millones por equipo.
Para garantizar la viabilidad económica de este nuevo proyecto, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha asegurado recientemente que la competición será propiedad al 49% de un consorcio formado por “grandes inversores y multinacionales en Asia, Europa y Norteamérica”. Entre ellos, según desvela Financial Times, podría haber conseguido ya el respaldo del banco nipón Softbank.