Aunque el comportamiento en bolsa de los bancos no está siendo como ellos desearían, hay salvavidas a los que la banca puede abrazarse. En el caso de Bankia, se trata del negocio promotor, al que volvió en 2018 después de que Bruselas eliminara las limitaciones que sufría tras los 22 mil millones que recibió en […]
NacionalDirigentes Digital
| 02 ene 2019
Aunque el comportamiento en bolsa de los bancos no está siendo como ellos desearían, hay salvavidas a los que la banca puede abrazarse. En el caso de Bankia, se trata del negocio promotor, al que volvió en 2018 después de que Bruselas eliminara las limitaciones que sufría tras los 22 mil millones que recibió en ayudas públicas.
El año pasado representó un respiro para Bankia, ya que pudo regresar al negocio de promoción inmobiliaria. En su primer año, financió la construcción de 2.200 viviendas en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Baleares.
La firma de esas operaciones de promoción tuvieron un valor de 450 millones de euros para la entidad, lo que ha favorecido que el banco reciba “con optimismo el ejercicio de 2019”, según afirma el director de Promotores, Alberto Manrique.
Esta actividad ha hecho que el banco precise de un departamento específico, denominado Dirección de Promotores, que fue creado a finales de 2017 y que depende de la Dirección General Adjunta de Banca de Negocios. En ese sentido, Manrique asegura que “Bankia está desarrollando la actividad de acuerdo a los nuevos estándares de prudencia del sector inmobiliario”.
Esa afirmación de Manrique sirve para demostrar que el sector bancario no ha olvidado lo difíciles que fueron los años en los que el inmobiliario carcomía los balances de los principales bancos del país. Prueba de ello es que hace unas semanas Bankia logró deshacerse de una gran cantidad de activos dudosos, procedentes del negocio inmobiliario.
La venta al fondo norteamericano Lone Star XI superó los 3.000 millones de euros, por lo que la reducción total de activos improductivos alcanzó los 6.000 millones de euros para Bankia. En todo caso, 2018 marca un año en el que la banca ha sentado las bases para encarar sus principales retos, como son la digitalización o la recuperación de la rentabilidad.