Aunque últimamente, y ante los buenos números que están dando ciertos indicadores económicos, parece que la recuperación post-covid está cada vez más cerca, conviene evaluar las consecuencias que esta pandemia va a tener en los mercados y economías en el largo plazo. En este sentido, Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, nos cuenta […]
BolsasAunque últimamente, y ante los buenos números que están dando ciertos indicadores económicos, parece que la recuperación post-covid está cada vez más cerca, conviene evaluar las consecuencias que esta pandemia va a tener en los mercados y economías en el largo plazo.
En este sentido, Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, nos cuenta tres cuestiones y desafíos clave a la hora de evaluar qué consecuencias va a tener el Covid-19, una pandemia que, según consideran desde la gestora, ha estado a la altura de la Gran Depresión de los años treinta.
La primera de las claves que tiene en cuenta el experto es la causa. Y es que hay que distinguir entre aquellas crisis causadas por factores externos, es decir crisis exógenas, o las que se generan por factores internos a la economía, también llamadas endógenas, debido a que las primeras suelen tener recuperaciones más rápidas.
“La actual recesión es en gran medida exógena, ya que la pandemia de Covid-19 detuvo la economía a nivel mundial. En este sentido, es similar a una guerra, en la que la actividad económica diaria se detiene y toda la atención se centra en la batalla más apremiante por sobrevivir a la amenaza externa. Una vez terminada la “guerra”, la economía debería normalizarse rápidamente al desaparecer la amenaza”, expresa Wade para luego señalar que por ejemplo la crisis del 2008 fue interna, por lo que su recuperación fue frágil y lenta.
Por ello, el entendido señala que las perspectivas de recuperación actuales son más alentadoras que las de la crisis pasada. “ En nuestras previsiones actuales contemplamos que la actividad vuelva a los niveles anteriores a la pandemia en el segundo trimestre de este año en EE.UU. y en el cuarto trimestre del año que viene en el Reino Unido; lo que conllevará 1 y 2 años respectivamente”, precisa.
La segunda clave a tener en cuenta de esta crisis pandémica que vivimos es el área de los desequilibrios que se han generado, y que han dejado a unos claros vencedores y perdedores de la recesión, en función del sector en el que se haya operado, algo que también ha dejado ciertas tendencias en las empresas, como por ejemplo el acelerón de la digitalización.
Para el entendido de Schroders, la crisis Covid ha tenido sobre la deuda pública un impacto tan fraude similar al de la Crisis Financiera Mundial (CFM) de 2008.
”Las cifras del FMI muestran que la deuda pública en las economías avanzadas del G20 está en niveles que no se habían visto desde la Segunda Guerra Mundial. En el caso de Estados Unidos, las cifras de la Reserva Federal (Fed) muestran un déficit público de más del 15% del PIB y una deuda bruta de más del 120% del PIB. El apalancamiento del sector empresarial también ha aumentado considerablemente, aunque el apalancamiento de los hogares se ha mantenido relativamente estable, lo que refleja el apoyo a los ingresos proporcionado por el Gobierno y la falta de oportunidades de gasto”, asume.
Fuente: Schroders
Así, y ademas de que en esta crisis los Gobiernos parecen haber aprendido la lección de que la austeridad no es el camino hacia una recuperación estable, lo cierto es que en los hogares también la situación es mejor que en la recesión de hace una década ante el ahorro cosechado durante los confinamientos.
“Los niveles de apalancamiento están dentro de los parámetros normales, lo que indica que hay poca presión para reducir el gasto. Sin embargo, hay excepciones, y los efectos de la pandemia han sido notables en los grupos de ingresos más bajos”, apunta el experto.
Así, y aunque los dos puntos anteriores sean claves para entender cómo hemos llegado a esta crisis y a qué nos puede llevar, lo cierto es que otro de los apartados a tener en cuenta cómo va a ser el gasto después de la pandemia.
Para el entendido, el reto que nos queda por delante es saber “en qué medida habrá que reorganizar los recursos para cumplir con los patrones de gasto en la nueva economía post-pandémica”.
“Estamos mirando más allá de la oleada de gasto inicial, cuando los consumidores son liberados de los confinamientos y piensan en un nuevo equilibrio. ¿Cómo afectará la experiencia de la pandemia al gasto en la década de 2020? ¿Nos enfrentaremos a un impacto importante por el cierre de empresas, el recorte del capital y el desempleo?”, considera, aunque reconoce que anticipar una demanda futura siempre es complicado.
“Suponemos que la pandemia termina y el virus se convierte en endémico; siempre con nosotros, pero sin suponer la misma amenaza para la vida cotidiana. El buen comportamiento del sector industrial a lo largo de la pandemia significa que la atención se centrará en la recuperación de los sectores más sacudidos, como el comercio minorista, los viajes, la hostelería, las artes y el entretenimiento”, puntualiza Keith Wade.