La regulación suele encontrarse varios pasos por detrás de las novedades sociales y tecnológicas. En el caso de las criptomonedas es un hecho que apenas hay legislación, lo que implica que las autoridades llegan tarde para tratar de controlar el asunto y establecer unas reglas del juego que limiten el “todo vale”. Hace apenas unos […]
NacionalDirigentes Digital
| 24 ene 2020
La regulación suele encontrarse varios pasos por detrás de las novedades sociales y tecnológicas. En el caso de las criptomonedas es un hecho que apenas hay legislación, lo que implica que las autoridades llegan tarde para tratar de controlar el asunto y establecer unas reglas del juego que limiten el “todo vale”.
Hace apenas unos meses que los bancos centrales se pusieron en alerta por el lanzamiento de Libra, una criptomoneda ideada por Facebook. Las reticencias ante su seguridad y la pérdida de control desencadenaron en que el Banco Central Europeo (BCE) frenara el ímpetu del gigante tecnológico estadounidense.
En todo caso, el organismo ha tomado nota y estudiará junto con otro grupo de bancos centrales la posibilidad de lanzar monedas digitales. Así, además del BCE, dicho grupo de estudio está conformado por el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Sveriges Riksbank (Banco de Suecia) y el Banco Nacional de Suiza, bajo el amparo del Banco de Pagos Internacionales.
La misión de estos bancos será analizar las opciones para diseñar una herramienta de este tipo, para lo que tendrán en cuenta puntos de vista como el económico, el funcional y el técnico, según anunciaron el pasado 21 de enero. Además, el grupo se coordinará con el Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Pagos e Infraestructuras de Mercados para establecer una metodología aplicable a otros entornos.
Para la Asociación Española de Banca (AEB), “cualquier iniciativa que se tome en este sentido debe garantizar la estabilidad financiera”, según explican a DIRIGENTES. Asimismo, con independencia de la conclusión que tenga dicho análisis, para la AEB la decisión final debe significar “una mejora de eficiencia en la provisión de servicios financieros”.
No hay que obviar que, aunque la entrada de un gigante tecnológico en el sector generaba dudas a los reguladores, las criptomonedas tienen ventajas notorias, como la mejora de la eficiencia del sistema de pagos, así como de la inclusión financiera por su facilidad de acceso y manejo. Esas son algunas de las razones de que no solo ese grupo en el que se encuentra el BCE haya decidido analizar qué posibilidades hay sobre la mesa.
De hecho, el Foro de Davos ha servido para la puesta en común de diversas ideas con respecto al lanzamiento de Divisas Digitales de los Bancos Centrales (CBDC en sus siglas en inglés). Para Sheila Warren, directora de Blockchain en el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), “cualquier implementación de moneda digital del banco central tendrá un profundo impacto a nivel nacional e internacional”. Aunque advierte de que los bancos centrales deben proceder con cautela.
El propio WEF coopera con cerca de una docena de bancos centrales para crear un enfoque común. Entre ellos destaca el Banco de Tailandia que, según su gobernador, “ha hecho un buen progreso en un proyecto a gran escala de CDBC, que recibe el nombre de Proyecto Inthanon”.
Existen otros bancos implicados, como son el de Camboya o Bahréin, todos ellos bajo la tutela y la guía del grupo de trabajo liderado por el WEF. En particular, Camboya espera lanzar un proyecto de CBDC durante este 2020, que servirá como ejemplo para los que vengan después.