La cobertura sanitaria, social y económica está siendo puesta a prueba por el nuevo coronavirus. Los países más desarrollados del mundo están comprobando que no estaban preparados para una crisis de este tamaño, por lo que desde el Banco Mundial se está tratando de poner el foco en aquellos donde la protección es menor. En […]
BancaDirigentes Digital
| 03 abr 2020
La cobertura sanitaria, social y económica está siendo puesta a prueba por el nuevo coronavirus. Los países más desarrollados del mundo están comprobando que no estaban preparados para una crisis de este tamaño, por lo que desde el Banco Mundial se está tratando de poner el foco en aquellos donde la protección es menor.
En concreto, el organismo presidido por David Malpass trata de proveer de un colchón financiero a países con ingresos bajos y medios, a los que la pandemia no ha afectado aún con toda su fiereza, pero “los impactos ya se notan”, dice en un comunicado. En concreto, cita casos como Etiopía y Yemen, con sistemas sanitarios debilitados, o Haití y Mongolia, donde faltan médicos. En la misma línea, los niños pakistaníes no pueden ir a la escuela y no tienen una alternativa para su educación.
En total, 65 países están amparados por los planes del Banco Mundial, que espera proporcionar hasta 160.000 millones de dólares durante los próximos 15 meses para “proteger a las poblaciones pobres y vulnerables”. Los otros propósitos del Banco Mundial son dotar de un apoyo a las empresas y sentar las bases para la recuperación económica.
En ese sentido, Malpass vaticina que “los países más pobres y más vulnerables serán los más afectados por esta crisis”. Los primeros esfuerzos contemplan una financiación de 1.900 millones de dólares que sirva para reforzar los sistemas de salud de países como Afganistán, Haití, India, Mongolia y Tayikistán. El Banco Mundial espera que esta inyección ayude a incorporar más sanitarios. También se contempla la comunicación como una actividad clave, puesto que la financiación que recibirán Ecuador o la República Kirguisa se destinará a alertar a la población de la necesidad de protegerse ante la pandemia.
Otros 6.000 millones se destinarán a la compra de material médico a las empresas, quienes también podrán recibir ayuda para mantener a sus trabajadores. En particular, el Banco Mundial prevé “numerosas iniciativas” para que las pequeñas empresas puedan reanudar su contribución al crecimiento económico y a la creación de empleos.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional decidió esta semana ampliar acceso a sus servicios financieros de emergencia, que han solicitado 85 países. En adición, el organismo que preside Kristalina Georgieva ayudará a los países en los que haya una escasez de divisas mediante líneas de liquidez a corto plazo.
En consenso con Malpass, Georgieva propuso que los acreedores bilaterales oficiales podrían prestar una “importante contribución” si realizan una moratoria de la deuda, sobre todo para los países más pobres.