La mayoría de análisis económicos que están saliendo a la luz en estas fechas coinciden en utilizar reiteradamente la misma palabra: incertidumbre. En un primer momento, la causa era la ausencia de datos sobre el impacto real de la pandemia, por lo que las predicciones se basaban en otras predicciones. No obstante, ahora que sí […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 may 2020
La mayoría de análisis económicos que están saliendo a la luz en estas fechas coinciden en utilizar reiteradamente la misma palabra: incertidumbre. En un primer momento, la causa era la ausencia de datos sobre el impacto real de la pandemia, por lo que las predicciones se basaban en otras predicciones. No obstante, ahora que sí se tienen algunas cifras confirmadas, la incertidumbre tiene que ver con la posibilidad de nuevos rebrotes de la COVID-19 en los próximos meses.
En todo caso, organismos como el Banco de España, el Fondo Monetario Internacional o el propio Gobierno de España no han tenido otro remedio que elaborar un plan de acción, a pesar de la volatilidad del entorno y del desconocimiento de la magnitud de la crisis. En esa línea, el Ministerio de Economía dio a conocer este viernes que esperaba una caída del PIB para este año del 9,2%, mientras que en 2021 protagonizará un ascenso del 6,8%.
En el Programa de Estabilidad que hizo público el Ejecutivo se excusa una y otra vez lo extraordinario de la situación, aunque no se analizan distintos escenarios, como sí hizo el Banco de España. Lo que se explica es que el cuadro macroeconómico da por supuesto que el Plan de Desescalada se llevará a cabo conforme a lo previsto, de manera que este segundo trimestre se producirá el “levantamiento progresivo” de las restricciones de circulación y las medidas de confinamiento. Aun así, en el Programa se repite que “la incertidumbre de dichos escenarios es muy elevada”.
A pesar de que en los tres primeros meses del año la caída del PIB español fue del 5,2%, según las cuentas del INE, es de esperar que se produzca un descenso aún mayor durante el segundo trimestre. Según las previsiones que el Gobierno envió a Bruselas, el derrumbe del primer semestre del año llegará hasta el 18,2% del PIB, por lo que, teniendo en cuenta las cifras del INE, la economía española sufrirá un desplome en el segundo trimestre del 13%.
Todo ello, a pesar de que el ejecutivo se basa en dos pilares. El primero, que las medidas de apoyo económico “permiten amortiguar parcialmente el shock en 2020, mitigando su impacto en 3 puntos porcentuales”. Es decir, que sin las medidas la caída sería del 12,2%, en vez del 9,2% que anuncia España. Por otro lado, se estima que “la caída del empleo se concentra durante las primeras tres semanas de confinamiento, estabilizándose el empleo a partir de la cuarta semana de confinamiento”. En ese sentido, el batacazo se producirá igualmente a pesar de que el descenso del empleo se ha estabilizado.
La asunción de este análisis depende de cómo de rápida se produzca la recuperación en la segunda mitad del año. El Gobierno insiste en que “la recuperación será previsiblemente mucho más gradual, y su pendiente mucho más suave”. No obstante, teniendo en cuenta las previsiones del primer semestre y las del conjunto del año, sería preciso un crecimiento del 9% desde julio a diciembre, lejos con lo que el ejecutivo califica como una recuperación “suave” y “gradual”.
Dichas expectativas están basadas en que los consumidores están ahorrando una porción de su renta y que, “a medida que los niveles de incertidumbre se diluyan”, parte de ese ahorro “se convertirá en consumo”. Así, se calcula que la tasa de ahorro de los hogares podría situarse por encima del 14%, el doble que en 2019, de modo que dicha cantidad acabaría destinándose al consumo cuanto el horizonte se aclare. No obstante, el Ejecutivo avisa de que la reducción del empleo “también provocaría una significativa caída de la renta”.