Las empresas esperan la inversión de los fondos europeos como agua de mayo. Las arduas negociaciones que consiguieron desbloquear 750.000 millones de euros otorgaron a España 140.000 millones que, en forma de subvenciones y créditos, servirán para dar un respiro a la economía nacional.
Con el propósito de que no solo sea un balón de oxígeno, sino una oportunidad de reforma, tanto desde las instituciones públicas como desde las empresas se anima a usar los fondos para el futuro. Dicho de otro modo, que no se caiga en aquello de tapar agujeros, sino que se apueste por sectores con crecimiento a largo plazo.
Más allá de eso, las compañías españolas son conscientes de que se necesitan diversos ajustes, como ponen de manifiesto en el decálogo que hizo público CEOE hace unos días. Su finalidad es aprovechar el Plan Europeo de Recuperación, para lo que se establecen diez recomendaciones que abarcan gran parte de los problemas coyunturales y estructurales de España.
- El primer punto hace alusión a una “estrategia ambiciosa” combinada con reformas estructurales. CEOE se refiere a corregir desequilibrios como el déficit y la deuda pública, que exigirá un compromiso con la sostenibilidad a largo plazo. En ese sentido, se anima a reducir la deuda exterior por medio del incremento de la competitividad y la internacionalización de las empresas.
- Las inversiones deben destinarse a proyectos que eleven el crecimiento potencial y la competitividad del futuro. La CEOE señala directamente al aumento del gasto público, que acabaría hipotecando “la credibilidad en la sostenibilidad de las finanzas públicas”. En ese sentido, se piden proyectos que ayuden a mejorar la eficiencia del gasto público. En pocas palabras, priorizar el gasto en inversiones productivas.
- En esa misma línea, la asociación empresarial solicita que las inversiones estén estructuradas con una “perspectiva estratégica y una vocación transformadora” de la estructura productiva española. Por ello, CEOE insiste en que la “finalidad última” de los fondos debe ser ayudar a las empresas. En particular, el objetivo es canalizar los recursos para desarrollar I+D+i y adaptar las empresas a los retos del futuro.
- La organización encabezada por Antonio Garamendi demanda que se coordinen proyectos macrotractores con las empresas que ya son líderes en sus respectivos sectores. Se espera que las empresas en mejor situación pueden ayudar a movilizar el resto del tejido productivo, con otros proyectos que pueden acabar repercutiendo en las pymes.
- El hecho de que los fondos provengan de Europa obliga a que se asuman las prioridades de Bruselas. Tanto la transición ecológica como la digital deben formar parte de los proyectos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya adelantó que el 37% de los fondos irán destinados a la inversión verde, mientras que el 33% se invertirá en la digitalización. Asimismo, CEOE solicita que se identifiquen cuáles de las prioridades europeas pueden tener un mayor potencial para aprovechar su impulso.
- La colaboración público-privada es indispensable. La patronal cree que el sector privado tiene que jugar un papel importante en la planificación, ejecución y gestión de los proyectos. Además, demanda la reforma de la Ley de Contratos del Sector Públicos, así como la Ley General de Subvenciones, la Ley General Presupuestaria y la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público. Todo ello, con el fin de que sea más fácil para las empresas recibir las ayudas.
- La confederación de empresas apuesta por involucrar al sector financiero para distribuir la parte de los fondos que se otorgarán vía crédito. Desde el punto de vista corporativo se cree que la gestión de créditos y evaluación de riesgos puede ser útil para el reparto.
- También se sugiere establecer incentivos fiscales estables en el tiempo para que las empresas puedan acogerse con la mayor seguridad jurídica posible. CEOE cree que los incentivos fiscales ayudarían a que las ayudas tengan un mayor alcance, ya que “reducen las dificultades de las empresas de menor tamaño para acceder a este tipo de programas”.
- La patronal pide en su último punto que se establezcan buenas prácticas de gobernanza, además de un sistema de supervisión y evaluación. Para ello, se sugiere introducir hitos y metas parciales para poder anticipar mejoras y deficiencias. Por otra parte, se anima a introducir a las Comunidades Autónomas en la ecuación, dado que conocen mejor las características de cada territorio.
- Por último, se reivindica el papel que debe jugar CEOE. “Es clave para que este plan de recuperación esté realmente vinculado a las empresas por lo que debe tener una participación activa y un protagonismo significativo”. Con ese propósito, plantea que se intercambie información de forma ágil.