Una de la formas de afrontar esta crisis ha consistido en continuar regando el mercado de liquidez. El Banco Central Europeo decidió extender unas medidas que tienen especial incidencia sobre el mercado financiero y sobre los bancos, destinadas a que el dinero siguiera fluyendo hacia empresas y familias. Lo mismo hizo el Gobierno de España, […]
BancaDirigentes Digital
| 29 nov 2021
Una de la formas de afrontar esta crisis ha consistido en continuar regando el mercado de liquidez. El Banco Central Europeo decidió extender unas medidas que tienen especial incidencia sobre el mercado financiero y sobre los bancos, destinadas a que el dinero siguiera fluyendo hacia empresas y familias. Lo mismo hizo el Gobierno de España, al igual que muchos gobiernos europeos, con el lanzamiento de avales públicos para los créditos que proporcionaran los bancos.
Estas medidas vienen a confirmar el peso que tiene la banca sobre el resto de la economía. Desde el sector financiero fluye el dinero como lo hace la sangre bombeada desde el corazón. Por eso, siempre se ha considerado que puede jugar un importante papel en la transformación de la economía y, en concreto, en la transición ecológica.
Pero por mucho que los bancos se encuentren en el centro, rechazan que se les otorgue la responsabilidad en la materia. Así lo explicó a principios de esta semana la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, quien afirma que la banca tan solo hace el papel de intermediario. “La vigilancia se tiene que poner sobre los proyectos nuevos, que la banca ya tiene bastante vigilancia”, avisa Dancausa.
Lo mismo piensa Gregorio Villalabeitia, presidente de Kutxabank: “Los bancos no son los que expulsan el CO2”, aclara. Ambos dirigentes ponen el foco en que su función consiste en analizar si los proyectos de sostenibilidad son viables. Si dichos proyectos son más o menos sostenibles, no depende de los bancos. El propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, señala que no existen formas de medir conceptos como la sostenibilidad.
No obstante, es obvio que el sector puede canalizar una demanda social como es la apuesta por la sostenibilidad. El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, cree que “el hecho de que la banca esté en el centro de los flujos financieros nos permite actuar como acelerador de una transición bien hecha hacia la sostenibilidad”.
En ese sentido, la demanda es el verdadero motor de este proceso porque son los consumidores los que “están empujando a todos en este camino”. Asimismo, para Gortázar representa “una gran oportunidad”. Por eso, el punto de vista del dirigente de CaixaBank es que “los bancos pueden ser parte de la solución si se hacen bien las cosas”.
También se ha hablado esta semana de las diferencias entre las normas que deben soportar los bancos y los neobancos o bigtech que también ofrecen servicios financieros. “Toda la competencia es sana y bienvenida”, comenta Dancausa y añade que han obligado al sector a “ponernos las pilas por la cuenta que nos trae”. En cambio, dice que el sector está “compitiendo en desigualdad de condiciones”. Esa opinión la comparte César González Bueno, CEO de Banco Sabadell: “Los neobancos son muy eficientes en algunas cosas”.
Sin embargo, el dirigente de Sabadell cree que hay algunos segmentos del negocio en los que los bancos continuarán siendo importantes, como la concesión de hipotecas. Por otro lado, sí que admite que hay algunas actividades como la financiación al consumo en donde puede crecer la competencia.
Por su parte, Villalabeitia subraya la importancia de los servicios que proporciona la banca, aunque muchos neobancos los ofrezcan prácticamente gratis. “La banca da muchísimos servicios y son muy costosos para las entidades financieras”, se queja Villalabeitia. A causa de los tipos de interés negativos, el sector se vio obligado a imponer comisiones a sus clientes por determinados servicios, pero el presidente de Kutxabank se desmarca de la opinión general y cree que “los servicios se tienen que cobrar aunque los tipos de interés sean positivos”.
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