A pesar de la positiva valoración en ingresos que ha registrado el turismo a lo largo de los últimos meses, en términos de rentabilidad y resultados empresariales no sigue la misma tendencia. En una charla con DIRIGENTES, el presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, analiza los principales retos a los que se enfrenta el sector, entre […]
Dirigentes Digital
| 07 nov 2022
A pesar de la positiva valoración en ingresos que ha registrado el turismo a lo largo de los últimos meses, en términos de rentabilidad y resultados empresariales no sigue la misma tendencia. En una charla con DIRIGENTES, el presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, analiza los principales retos a los que se enfrenta el sector, entre los que destaca la importancia de la digitalización, demanda un PERTE específico y critica la escasa llegada de los Fondos Next Generation al sector o la mínima dotación de los Presupuestos Generales del Estado.
Sin duda, la valoración que cabe hacer del verano 2022 es muy positiva en términos de ingresos, que registraron una excelente evolución en la mayoría de los destinos -gracias sobre todo a importantes mejoras en la tarifa media, a pesar de una ocupación algo inferior al mismo periodo de 2019-, que habrían logrado superar los del mismo trimestre de 2019. Sin embargo, nuestra valoración no puede ser tan positiva en términos de rentabilidad ni de resultados empresariales, debido fundamentalmente al incremento de costes, imputables a la inflación y en especial al alza de precios de la energía y las materias primas.
Sin duda, el fuerte despegue de la demanda se explica sobre todo por lo que conocemos como “demanda embalsada” o “furor viajero” como reacción a dos años de pandemia, confinamiento y restricciones, con un retorno de casi todos los mercados emisores internacionales. Esta fuerte recuperación -que para los destinos vacacionales podríamos describir como recuperación “en UVE”- avala la resiliencia del sector y su atractivo como valor seguro para los inversores, pero también nos habla del importante esfuerzo desarrollado por las empresas turísticas para responder a esta demanda a pesar de las tensiones financieras acumuladas tras el Covid y de los problemas para cubrir las necesidades de personal. El comportamiento del turismo este verano acredita el potencial de la industria turística para crecer y generar riqueza de manera sostenible en nuestro país, un potencial que sin embargo no se ha visto reflejado en la asignación de financiación procedente de los Fondos Next Generation al sector.
Me gustaría destacar por su importancia el compromiso del sector con la recuperación del empleo -que registró al cierre de septiembre un 1,1% más de afiliados a la Seguridad Social que en 2019-, así como recordar que el PIB turístico contribuyó decisivamente -en un 72,2% del total- al crecimiento del PIB español en el tercer trimestre.
Entre las empresas hoteleras hay una gran diversidad, de hecho, en los últimos informes de Exceltur venimos resaltando las crecientes disparidades, asimetrías y velocidades en la recuperación entre las diferentes empresas. No solo porque la pandemia nos ha afectado de manera muy diferente en función de la situación financiera y de la gestión realizada frente a la crisis, sino porque las empresas que han avanzado en mejorar su posicionamiento y propuesta de valor en calidad y sostenibilidad, optimizando su gestión y apostando por ganar eficiencia a través de la digitalización, presentan mayor resiliencia y mejores perspectivas frente a las turbulencias y el posible cambio del ciclo económico que se viene anticipando. En cualquier caso, resulta evidente que “un grano no hace granero” y que las empresas turísticas por lo general, necesitarán mucho más que un buen trimestre para recuperarse del golpe sufrido por la pandemia.
Dicho esto, podemos decir que, aunque en general se prevé una positiva evolución para los hoteles, tanto urbanos como vacacionales, en los próximos meses, con una recuperación importante de los segmentos de viajes de empresa y de congresos y de un destino como Canarias, cuya temporada alta se prolonga durante el invierno, la guerra de Ucrania y las tensiones geopolíticas y económicas que acarrea provocan una situación de gran incertidumbre. Por ello, puedo decir que las empresas y los profesionales mantenemos un optimismo moderado ante la resistencia que sigue mostrando la demanda, y una gran prudencia en primer lugar, ante los efectos de la inflación sobre nuestros márgenes y, en segundo lugar, ante la eventualidad de un cambio del ciclo económico a nivel global que pudiera llegar a afectar a la resiliente demanda turística.
El presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer
La situación inflacionaria y, sobre todo, los costes y la incertidumbre energética a nivel global, están afectando a las empresas turísticas al erosionar sus márgenes a pesar del incremento de los ingresos. El impacto es general, pero mayor, como decíamos, en aquellas empresas con menores capacidades digitales y que no habían invertido en la mejora del producto y servicio o en la apuesta por la sostenibilidad, que han sido auténticos “escudos” para ganar eficiencia y posicionamiento, y proteger los márgenes, como ha sido el caso de nuestra empresa, Meliá Hotels International, por ejemplo. Si a ello se añade que muchas empresas arrastraban fuertes tensiones financieras después de la pandemia, tendríamos en muchos casos la “tormenta perfecta”.
En primer lugar, como dije, un reto común a todo el sector es el de la rentabilidad, en la medida que la subida de los costes siga comprometiendo los márgenes. En segundo lugar, a pesar de las positivas perspectivas que ofrece la evolución diaria de las reservas, la incertidumbre macro-económica y la tendencia a reservar en el “último minuto” hacen que otro desafío importante sea la exigencia de flexibilidad y agilidad -un reto al que responden con mayor facilidad las empresas altamente digitalizadas-.
En tercer lugar, destacaría que compartimos el reto de maximizar el aprovechamiento y las oportunidades de mejora del modelo turístico -para abordar el gran reto de la competitividad y la sostenibilidad- que nos ofrecen los Fondos Next Generation, y que hasta ahora no han llegado en forma relevante al sector; no solo venimos demandando un “PERTE” (Plan Estratégico de Reconstrucción y Transformación) específico para el sector, sino que tampoco los Presupuestos Generales del Estado prevén una dotación mínimamente significativa, acorde con la aportación al PIB nacional del sector, y a su potencial de generación de riqueza y redistribución de renta.
En realidad, la guerra en sí misma ha tenido un impacto muy limitado en el turismo hacia España, puesto que los mercados ruso o ucraniano tenían un peso menor en el “mix” de nuestros turistas, y por la “inmunidad” que parecen haber desarrollado los clientes internacionales frente al conflicto durante los nueve meses que se prolonga, e incluso diría que se ha afianzado la percepción de nuestro país como un “destino seguro”. Sin embargo, como hemos comentado, las consecuencias económicas del conflicto sí han tenido hasta el momento un impacto en la recuperación, limitando su alcance y ralentizándola. Una eventual prolongación o cronificación del conflicto -que esperemos que no se produzca- podría incidir en el tan temido cambio de ciclo económico, que acabase mermando la demanda turística.
Realmente se trata de una previsión muy difícil, sobre todo este año, en que suele decirse que “la única certeza es la incertidumbre”. Normalmente esperamos a la celebración de las primeras grandes ferias internacionales de turismo para hacer estimaciones o “tomar el pulso” a la siguiente temporada. Sin embargo, existen algunos factores que nos hacen pensar en una positiva temporada, como las estimaciones de las grandes aerolíneas para el próximo invierno, que en el caso de Canarias superan en plazas a la temporada de 2019, que ya fue muy positiva, o la progresiva reactivación del turismo de Empresa y de los Congresos y Convenciones, tan importante para los grandes destinos urbanos y de ocio urbano, o ciudades más turísticas.
Por ello, con mucha prudencia puedo decir que de momento no hemos vislumbrado ralentización del ritmo de reservas, y en segmentos donde tenemos algo más de visibilidad, como Grupos y Ferias, las perspectivas son muy positivas.