Ucrania se sitúa como el quinto país que más trigo exporta del mundo. Sin embargo, no es el único del Este de Europa que cuenta con una importante fuente natural de aceite de girasol, trigo y maíz; Rusia también. Al hecho de que los dos principales protagonistas de este conflicto bélico que comenzaba la madrugada […]
NacionalDirigentes Digital
| 24 feb 2022
Ucrania se sitúa como el quinto país que más trigo exporta del mundo. Sin embargo, no es el único del Este de Europa que cuenta con una importante fuente natural de aceite de girasol, trigo y maíz; Rusia también. Al hecho de que los dos principales protagonistas de este conflicto bélico que comenzaba la madrugada del 24 de febrero de 2022, hay que sumar el momento histórico que se vive en cuanto a la inflación en los alimentos.
La preocupación generalizada que está suponiendo esta guerra se extiende también a los primeros efectos que va a tener en la economía, especialmente en la europea. Considerada ‘el granero de Europa’, tan solo en el año 2020, Ucrania exportó dieciocho millones de toneladas de trigo. Teniendo en cuenta que el total de su cosecha es de veinticuatro millones, esto significa que Europa se abasteció con el 75% del total de la producción ucraniana.
Alimentos de primera necesidad como la harina o el trigo, ya experimentaron una notable subida a finales del pasado año, notándose significativamente en el bolsillo de los ciudadanos. Esta situación que se agrava por la extrema sequía que se está viviendo.
La realidad que se presenta ante la crisis energética debido a este conflicto ruso-ucraniano tampoco es alentadora para el resto de la UE. Moscú es el principal proveedor de gas de todo el continente, también una de las principales potencias petroleras. Las consecuencias no se han hecho esperar, apareciendo en escena desde hace semanas la especulación, pero la realidad va más allá. Gas natural, aluminio, cerámica o fertilizantes, entre otros, son algunos de los productos que sufrirán una subida de precio inminente.
Ucrania se sitúa por encima de Estados Unidos y Canadá en producción de cereales. Para este 2022 se esperaba una cosecha que alcanzaba las ciento veintisiete toneladas de grano, sin embargo, las principales zonas agrícolas son susceptibles de ser atacadas. Zaporizhzhia o Jarkov están muy próximas a Donetsk y Luhansk, ciudades que han suscitado el interés de Putin.
La invasión de las tropas rusas supondrá fatales consecuencias para las cosechas de cereales. La requisa de cultivos, destrucción de plantaciones o el abandono de las mismas encarecerá notablemente los alimentos más básicos, además de provocar una ralentización comercial o una completa interrupción en algunos casos. Todo ello sin contar que actualmente la alimentación se encuentra en los niveles más elevados, según la lista de precios elaborada por la FAO, de los últimos diez años.
La escasez de alimentos provocada por esta guerra entre Rusia y Ucrania no afectará de la misma manera al mundo. Lo que para España se traducirá en un aumento del precio de los productos tales como el pan y sus derivados, para otros países africanos o de Oriente Medio conllevará unas consecuencias aún peores puesto que prácticamente importan casi la mitad del trigo y maíz del país ucraniano.
Por desgracia, no es nada nuevo. En 2014, aun sin ser Rusia entonces el principal exportador mundial de cereales y, coincidiendo con el ataque a Crimea, el precio del trigo alcanzó máximos históricos.
El abastecimiento de fertilizantes agrícolas también preocupa. Su subida se hizo presente en el inicio de la pandemia y ahora lo vuelve a hacer. Su fabricación depende principalmente del gas, por lo que Rusia se sitúa de nuevo a la cabeza de principales productores mundiales. El país atacante, es el segundo mayor comerciante a nivel mundial de un potente químico, la potasa, muy valorado por el sector agrícola, por lo que su encarecimiento también supondrá una crisis en el resto de plantaciones.
¿Cómo afecta a los mercados el conflicto entre Rusia y Ucrania?
