El encierro al que obligó la pandemia demostró que la acción del ser humano tiene efectos visibles sobre el medio ambiente. Apenas unos meses de reducción de la actividad y la naturaleza recuperó parte de su vitalidad. Esos hechos vienen a exponer que el cambio climático se puede combatir. No obstante, ya es tarde para […]
Tercer sectorDirigentes Digital
| 23 nov 2021
El encierro al que obligó la pandemia demostró que la acción del ser humano tiene efectos visibles sobre el medio ambiente. Apenas unos meses de reducción de la actividad y la naturaleza recuperó parte de su vitalidad.
Esos hechos vienen a exponer que el cambio climático se puede combatir. No obstante, ya es tarde para declaraciones de principios y se necesita acción, medidas que faciliten la transición hacia una economía verde menos lesiva con el medio ambiente. Desde el ámbito político hasta el económico existe un amplio abanico de opciones.
Por eso organizaciones como Banco Santander tienen en su hoja de ruta numerosos objetivos para contribuir a avanzar en la transición verde. Las finanzas tienen un papel relevante en la descarbonización de la economía. En parte, la acción climática tiene que ver con la iniciativa de las propias entidades para respaldar ciertas inversiones o productos, pero el compromiso climático también es una demanda social cada vez más extendida.
En el caso de Banco Santander, miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, su principal objetivo es alcanzar las cero emisiones netas para el año 2050, tanto para la propia actividad del grupo, que es neutro en carbono desde 2020, como para todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece.
En el caso de Banco Santander, miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, su principal objetivo es alcanzar las cero emisiones netas para el año 2050, tanto para la propia actividad del grupo, que es neutro en carbono desde 2020, como para todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece.
El banco que preside Ana Botín lleva veinte años financiando plantas fotovoltaicas en España. De hecho, fueron de las primeras que se instalaron. Desde entonces, su actividad en este segmento le ha llevado a terminar el pasado año siendo líder mundial en financiación de energías renovables, según Dealogic.
El pasado año, el banco ayudó a financiar proyectos de energías renovables de nueva creación (greenfield) con una capacidad instalada de 13.765 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2.
A cierre de 2020, Santander había financiado o facilitado la movilización de 33.800 millones en financiación verde y, entre otras acciones, este año ha lanzado su tercer bono verde por valor de 1.000 millones de euros, destinado sobre todo a refinanciar proyectos de energías eólicas y solar. Hitos como este contribuyen al cumplimiento de su compromiso de facilitar 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025, y 220.000 millones hasta 2030.
La actividad directa va más allá de la financiación y la inversión. Por eso, Banco Santander mantiene actuaciones en diversos lugares del mundo en los que su actuación es concreta y directa. En España ha llegado a un acuerdo con Fundación Repsol y Grupo Sylvestris para impulsar el proyecto Motor Verde, el mayor plan de reforestación en el país, que pretende plantar más de 60 millones de árboles, generar 15.000 empleos y favorecer el desarrollo rural.
Asimismo, su proyecto Natura implica a empleados voluntarios y a todos los ciudadanos que quieran sumarse en la conservación de bosques y en la limpieza de playas y riberas de ríos.
Fuera de las fronteras españolas, lleva a cabo otras iniciativas en países como Polonia, Reino Unido, Brasil, México, Chile y Argentina. Su actividad en estas latitudes tan diversas va desde la conservación de ecosistemas, la preservación del Amazonas, o la restauración de áreas degradadas, hasta la recogida de residuos, que da empleo a decenas de personas en riesgo de exclusión social.
En línea con su propósito de implicarse en el tránsito hacia una economía verde, Banco Santander ofrece diferentes productos y servicios con esa perspectiva que incluyen ventajas para los clientes. Entre los más destacados se encuentran los siguientes:
Si la vivienda hipotecada tiene calificación energética A ó A+ o está considerada vivienda sostenible, de acuerdo con los certificados oportunos emitidos por empresas reconocidas del sector, tendrá una bonificación de 10 puntos básicos sobre el tipo base de la hipoteca.
Para la financiación de proyectos de ahorro y eficiencia energética que reduzcan consumos y emisiones de CO2 implantados por autónomos y personas jurídicas en sus instalaciones. Este tipo de proyectos disfrutan de una bonificación de 35 puntos básicos sobre la política de precios estándar con fondos del banco.
Para la instalación de soluciones de autoconsumo tanto para particulares como para empresas.
Financiación corporativa vinculada a KPI de sostenibilidad, en las que el precio se ajusta en función del avance en la estrategia de sostenibilidad del acreditado.
Fondos de inversión socialmente responsable y solidaria.