Los inversores están cada vez más cautivados por la inversión sostenible, tanto es así que más de la mitad estarían dispuestos a renunciar a cierta rentabilidad a cambio de que sus inversiones sigan criterios ESG. De ello hemos hablado con Miguel Camiña, CEO y cofundador de Micappital.
¿Habéis notado un aumento en el interés de los inversores por la sostenibilidad a raíz de la pandemia?
Si, la pandemia nos ha hecho a todos ver la vida de otra manera, ha sido un periodo en el que hemos empezado a dar valor a otras cosas, y en ese ejercicio de reflexión muchos inversores se han interesado por ir más allá y pensar qué podían hacer con su dinero para ayudar a la sociedad.
Según un informe elaborado por vosotros, el 60% de los inversores estarían dispuestos a renunciar a cierta rentabilidad a cambio de beneficiar al planeta, ¿qué lectura se puede hacer de esto?
Este dato para nosotros es fundamental, pues demuestra que a más de la mitad de las personas que invierten les gustaría que su dinero tuviera una utilidad real y que pudiera estar generando un impacto positivo en el mundo, hasta el punto de no importarles tener menos beneficios. Eso, en sí mismo, es una buenísima noticia para el futuro de nuestro planeta. Pero también es positivo, y merece la pena destacarlo, que a pesar de estar dispuestos a renunciar a cierta rentabilidad, este tipo de inversiones no tienen por qué ser menos rentables. Incluso en algunos casos pueden ser superiores, lo que lleva a pensar que la inversión sostenible, o de impacto, es la inversión del futuro, y tendrá un crecimiento exponencial.
¿Esperáis un boom de la inversión con criterios ESG en los próximos años?
Sin duda, en otros países ya se está produciendo. Según datos de la Global Sustainable Investment Alliance la inversión sostenible ha experimentado un aumento notable en los últimos diez años, con crecimientos anuales superiores al 20% en Estados Unidos (donde el mercado está mucho más desarrollado) y de entre el 6% y el 8% en Europa. En España estamos en el camino, cumpliendo todos los hitos para que este tipo de inversiones supongan un porcentaje muy alto del dinero invertido. Necesitaremos algo más de tiempo, pues se trata de un entorno menos maduro desde el punto de vista financiero y los flujos de dinero hacia nuevos productos tardan más en consolidarse. Pero todo apunta a que en los próximos cinco años el crecimiento de este tipo de inversiones será exponencial, hasta alcanzar los niveles europeos.
¿Qué es lo que más valoran los inversores de este estilo de inversión?
Lo que más van a valorar los inversores que apuesten por este tipo de productos es la capacidad de visualizar el impacto real que están consiguiendo con su dinero. Precisamente, este es uno de los grandes retos de la inversión sostenible: las métricas de impacto, conseguir cuantificar no solo la rentabilidad, sino la aportación positiva que esas inversiones están logrando para el planeta. Si lo logramos, la inversión sostenible será el producto estrella de los próximos años. Y por supuesto, también es necesario que exista una oferta de productos financieros suficientes y de buena calidad para poder contratar lo que mejor se ajuste a los intereses, a la situación y al perfil de riesgo de cada inversor.
¿Se ha notado también un cambio en las compañías a la hora de tomar decisiones?
Las decisiones a nivel empresarial están teniendo mucha repercusión sobre todo en la entrada de flujos de capital hacia aquellas empresas que ponen mayores esfuerzos en generar un impacto positivo en el planeta y en sus propios empleados. Los clientes empiezan a exigir que sus proveedores sean cada vez más sostenibles, y esto provoca que muchas compañías sean más rápidas a la hora de tomar medidas, lo que les permite posicionarse para seguir creciendo.
2021-04-11 21:44:55