El lavado de dinero procedente de actividades ilícitas a través de criptomonedas aumentó en un 30% en 2021. Así lo afirma un estudio de Chainalysis, empresa dedicada a la recopilación de datos relativos al sector de las tecnologías blockchain. Los investigadores calculan que los delincuentes han blanqueado mediante criptodivisas una cantidad aproximada de 8.600 millones de […]
Dirigentes Digital
| 18 feb 2022
El lavado de dinero procedente de actividades ilícitas a través de criptomonedas aumentó en un 30% en 2021. Así lo afirma un estudio de Chainalysis, empresa dedicada a la recopilación de datos relativos al sector de las tecnologías blockchain. Los investigadores calculan que los delincuentes han blanqueado mediante criptodivisas una cantidad aproximada de 8.600 millones de dólares en el año 2021.
Para elaborar este estudio, los expertos de Chainanalysis han monitorizado una serie de carteras de criptomonedas relacionadas con actividades ilegales de todo tipo. Entre ellas enumeran ataques y estafas cibernéticas, tráfico de personas, venta de armas y drogas en el mercado negro e incluso actividades terroristas. A partir del rastro digital de estas cuentas asociadas a grupos criminales, los investigadores de Chainanalysis pueden hacer una estimación del dinero ilícito que se blanquea convirtiéndolo en criptomonedas.
El estudio de Chainanalysis explica con detalle el funcionamiento de toda la cadena de estas operaciones de lavado de dinero. Según los investigadores, los grupos criminales recurren a pequeños establecimientos, en muchos casos financiados por ellos mismos, para convertir el dinero ilícito en criptodivisas. Los expertos proponen estrechar el control sobre estos comercios de intercambio entre dinero real y criptomonedas, sugiriendo que así podría reducirse drásticamente el lavado de dinero por este método.
También Europol acaba de hacer público un estudio al respecto, y sus conclusiones coinciden con las de Chainanalysis. Según la agencia policial europea, las redes especializadas en lavado de dinero están ya muy familiarizadas con las criptomonedas, y ofrecen sus servicios de blanqueo a todo tipo de delincuentes. La tendencia se ha incrementado a raíz de la pandemia, cuando muchos grupos criminales empezaron a utilizar las criptodivisas como medio de pago, y es de esperar que siga aumentando en los próximos años.
El informe de Chainalysis cita como ejemplo el modus operandi de las bandas de hackers rusos. Estos grupos criminales realizan ataques de ransomware para robar información de equipos afectados y robarles así su dinero. Según el estudio, hasta un 74% de todo el dinero generado en el mundo a través de ataques de ransomware en 2021 acabó en manos de hackers vinculados al país eslavo. Una gran cantidad de ese dinero estafado se convierte luego en criptomonedas, de tal modo que resulta mucho más difícil seguir su rastro.
Aunque las cifras dan testimonio de un incremento vertiginoso de estas prácticas, nadie puede sorprenderse de que las criptomonedas se estén utilizando para fines ilegales. Múltiples investigaciones han apuntado en los últimos años al peligro que supone la falta de trazabilidad de estas divisas, que escapan a cualquier regulación estatal e internacional.
Varios Estados, de hecho, ya han tomado medidas, de mayor o menor contundencia, para controlar a estas monedas digitales. El mes pasado España anunciaba que limitaría la publicidad de criptomonedas. Esta misma semana, la Guardia Civil detuvo en Madrid y Valladolid a ocho personas que estafaban a otras bandas criminales ofreciéndoles lavar su dinero con criptodivisas.
Mucho más drástica ha sido la decisión del régimen chino, que el pasado otoño se convirtió en el primer país en prohibir cualquier transacción con criptomonedas. Según las autoridades financieras chinas, estas divisas suponen un “serio riesgo para la seguridad de los activos de los ciudadanos”.
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