Así afecta la guerra en Ucrania a la inversión inmobiliaria

Después de un 2021 caracterizado por la recuperación económica, 2022 ha llegado a su ecuador marcado por la inflación y la invasión rusa de Ucrania que ha echado por los aires todas las previsiones. En lo que respecta al sector inmobiliario, aunque todavía es pronto para ofrecer unas conclusiones contundentes, desde Inmoself, su director de Marketing, Lluís Royo, explica a DIRIGENTES que sus estimaciones sugieren que a corto y medio plazo la demanda se verá resentida debido a dos aspectos fundamentales: la renta disponible a final de mes es menor y que los costes energéticos, el gas y los carburantes están “disparados”. 

Unido a este punto, la CEO y fundadora de Inviertis, Rebeca Pérez, comenta que, el hecho de que exista un conflicto bélico cerca de nuestras fronteras genera inestabilidad acrecentada por la inflación: “Tradicionalmente, cuando estos dos factores se unen, los inversores huyen del riesgo y apuestan por valores más seguros. Entre ellos la inversión inmobiliaria”.

Antes del inicio de la crisis en Ucrania, el peso de los inversores rusos en el mercado español era, para Royo, “anecdótico”. Según declara, representaba cerca de un 2% de las compras totales de los extranjeros y, durante la crisis de los años 2008 a 2013, este colectivo llegó a convertirse en los terceros más activos y a suponer alrededor de un 5% de las compras, aunque desde la guerra de Crimea de 2014 “han ido a la baja”. En la actualidad “hay menos capacidad para financiar la compra y, por ende, compradores que se ven obligados a aumentar su ahorro para poder comprar y negociar los precios a la baja, o, como estamos viendo más recientemente, optar por otras formas de vivienda en alquiler”. 

A pesar de estos datos, Pérez sostiene que son uno de los colectivos que más han utilizado la compra de propiedades para conseguir Golden Visa, un certificado que permite a los inversores extranjeros residir legalmente en España. “Sus inversiones inmobiliarias solían ser más residenciales”, detalla para explicar que, en este momento, “al encontrarse más limitados están poniendo en alquiler residencias adquiridas en España que hasta ahora las usaban como residencia de verano”. Así, algunas de las localidades más habituales de los inversores rusos son Barcelona, la Comunidad Valenciana o Marbella. 

En lo que respecta a la variación de los precios como consecuencia de la guerra, ambos expertos coinciden en que la demanda nacional se resentirá a lo largo del próximo año. Se espera un aumento de precios en la compra venta de viviendas como consecuencia de la inflación, lo que hace que la inversión en inmobiliario en España haya aumentado un 141% desde enero de 2022, confirman desde Inviertis.

Próximas tendencias

De cara a los próximos meses, Rebeca Pérez considera que a lo largo de 2022 las tendencias que podrían imponerse son todas aquellas asociadas a la inversión inmobiliaria, ya sea compartida o unitaria. Unido a esto, también cree que proliferará aquello que permita “eludir volatilidad y liquidez con estrategias de inversión más conservadoras”, tales como intercambio de bitcoins o valores bursátiles por propiedades. 

Por su parte, Lluís Royo, expone que en Inmoself están convencidos de que la demanda de compraventas por parte de extranjeros subirá “debido a la depreciación del euro”. En este sentido, prevé un aumento de la demanda internacional, sobre todo extracomunitaria, “con grandes compras en Madrid por parte de inversores mexicanos o sudamericanos”, aprovechando la oportunidad de “invertir en España a buen precio”. En el año 2021 el número de compraventas por parte de extranjeros se situó en el 11% y, en este 2022, el porcentaje podría ascender hasta el 15%, indica.

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