La crisis generada por la COVID-19 ha obligado a administraciones y empresas a adaptarse a cada nueva noticia. Ante eso, la previsión ha tenido un papel más que secundario, por el desconocimiento del siguiente suceso y por la rapidez con que surgía. Sin embargo, la situación ha evolucionado desde marzo y ahora los ciudadanos y, […]
NacionalDirigentes Digital
| 09 jun 2020
La crisis generada por la COVID-19 ha obligado a administraciones y empresas a adaptarse a cada nueva noticia. Ante eso, la previsión ha tenido un papel más que secundario, por el desconocimiento del siguiente suceso y por la rapidez con que surgía. Sin embargo, la situación ha evolucionado desde marzo y ahora los ciudadanos y, sobre todo, las empresas, demandan algo más de estabilidad.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, explicó este martes que es necesario acelerar las negociaciones que su organización mantiene con sindicatos y Gobierno con respecto a la salida de los ERTE este 30 de junio o a su posible extensión en según qué sectores. “No podemos estar negociadno cada mes qué va a pasar el mes que viene”, dijo Garamendi durante un encuentro virtual organizado por el Consejo General de Economistas.
“No nos gustaría que el acuerdo llegara el último día”, insiste el presidente de la CEOE, quien reclama que las empresas necesitan predictibilidad, que se marquen las normas para que las empresas puedan gestionar de forma ordenada. No obstante, preguntado por este medio sobre cómo se identificará qué sectores necesitan extender este mecanismo, Garamendi advierte de que “hay que tener cuidado en ser juez sobre en qué sectores es más necesario”, teniendo en cuenta la dependencia intersectorial.
En particular, Garamendi señala que el turismo mueve mucha actividad en otros sectores, por lo que debe considerarse cada caso. De hecho, considera que el sector turístico habría sido uno de los tractores si se hubiera podido reactivar antes. Por ello, da por perdida la recaudación que aporta este sector el mes de junio, en torno a 12.000 millones de euros, a la vez que alerta de la posibilidad de perder gran parte de los 16.000 millones que se podrían haber recaudado en julio, y otros 18.000 millones en agosto.
De todos modos, la patronal pone énfasis en la protección del empleo. “Lo que yo quiero es que se abran las empresas”, explica Garamendi, “los trabajadores quieren trabajar, y cuanto antes, mejor”. Para ello cree imprescindible “generar confianza en España, a los empresarios españoles y a los inversores extranjeros”.
La primera medida para el representante empresarial sería reducir al mínimo los “llamamientos y las declaraciones ideológicas”, que en “este momento no son muy buenos”. Señala a las distintas manifestaciones de las últimas semanas acerca de la reforma laboral, en vistas de que “no se puede derogar”, por lo que este tipo de declaraciones solo generan desconfianza “sobre todo en pequeños empresarios”.
En esa línea, ha criticado la actitud política en el llamado Pacto de Reconstrucción del Congreso de los Diputados. “Hay veces que nos sonrojamos viendo las cosas que se dicen en el Parlamento”, comenta Garamendi, “no es serio”. Además, cree que desde la política se están planteando temas de debate que no tocan en pleno estado de alarma, como el de la reforma laboral.
Otro de los conceptos que se han instalado en el mundo tanto a nivel social como económico, además de ERTE, es el de Nueva Normalidad. Garamendi rechaza este término: “No sé qué significa”. Por ello, afirma que lo que los empresarios quieren es a la normalidad de siempre. Entre otras cosas, una manera de hacerlo sería que el Gobierno volviera a legislar por medio de proyectos de ley, y no por decreto, de manera que pudiera haber debate y se pudieran realizar propuestas y consultas.
Además de eso, Garamendi cree que es más importante que nunca que el Gobierno adopte como principios el “rigor presupuestario y la ortodoxia económica” para poder solventar esta situación. En cuanto a las inversiones que deberían acometerse con los fondos europeos, la patronal señala a las infraestructuras y a la innovación, que son claves para “dar capacidad de crecimiento”.