Robo de datos, de identidad y cuentas corrientes son los tipos de ataques que sufren con mayor frecuencia las empresas en Europa, Oriente Medio y África (EMEA). Así lo asegura un estudio de la compañía tecnológica Experian, la cual subraya que, además del impacto económico negativo que supone, un problema como este repercute directamente en […]
NacionalDirigentes Digital
| 18 nov 2019
Robo de datos, de identidad y cuentas corrientes son los tipos de ataques que sufren con mayor frecuencia las empresas en Europa, Oriente Medio y África (EMEA). Así lo asegura un estudio de la compañía tecnológica Experian, la cual subraya que, además del impacto económico negativo que supone, un problema como este repercute directamente en la reputación de la compañía y en la pérdida de confianza de clientes, siendo estas las consecuencias derivadas que preocupan cada vez más. En este sentido, priorizar la prevención del fraude y optimizar la gestión de riesgos se ha convertido en una necesidad.
En este escenario, para aumentar la seguridad de las transacciones en Internet, entró en vigor la segunda directiva de pagos digitales, PSD2, también como respuesta al auge del e-commerce y las empresas fintech. La máxima que persigue esta regulación es proteger al consumidor en las compras que realice por Internet. “Además de este principal motivo, la seguridad, hay otros dos pilares importantes que sostienen la PSD2, que son la innovación y la competencia entre las diferentes empresas que se dedican a la parte de pagos”, sostiene José Luis San Juan, Global Consultant de Experian, en una jornada organizada por Axicom y esta compañía tecnológica.
A este respecto, la nueva directiva está provocando cambios en el sector al dar acceso a terceros a la infraestructura de las entidades, ya que hasta ahora los datos bancarios de los clientes pertenecían exclusivamente a su banco. Entonces esta apertura de la información a terceros gracias a las conocidas como APIs (Interfaz de programación de aplicaciones en abierto) da lugar al concepto de Open Banking. Con ello, San Juan indica que se fomenta la competitividad y ahí es donde surgen las empresas de valor añadido, las fintech, las cuales “son capaces de explotar la información que tienen los bancos, mejor que lo hacen los propios bancos”.
Dando acceso a esos datos a terceros cualificados, “pueden emplearlos para ofrecer una mejora cualitativa en los servicios prestados y permite posicionar al cliente en el centro de los servicios, les empoderan, haciéndole dueño de sus datos”. Teniendo un conocimiento profundo del cliente y de sus necesidades pueden anticiparse a sus demandas y brindarle las soluciones adecuadas.
Desde Experian señalan que uno de los retos a los que se enfrentan los bancos es intentar mejorar su oferta de valor. ¿Cómo? “Quitando a esos clientes la necesidad de irse con un tercero y quedándose con ellos porque las entidades lo que tienen es la percepción de seguridad y eso es una ventaja que deben explotar”.
Para hacerlo, las capacidades analíticas son importantes porque se habla de que son datos que se pueden aprovechar, pero de diferente manera a como lo han hecho, enfocándose más en la parte de desarrollo de negocio. En los últimos años las entidades están innovando en Inteligencia Artificial para exprimir todo el potencial a la información. Por lo que “tienen que desarrollar unas capacidades que les den valor a sus clientes y anticiparse”, resume. Y “no vale un tercero que sea el que me va a reemplazar”, destaca.
Uno de los sectores que se pueden beneficiar del Open Banking es el asegurador y porque va a poder acceder a ese tipo de dato que hasta ahora desconocían. El Global Consultant de Experian explica que muchas de las compañías de seguros tienen acuerdos con bancos para distribuir sus productos y esos acuerdos los ve en riesgo, ya que no ve la dependencia, a no ser que dependan del canal de distribución de las oficinas. Pero si ellos son capaces de que estos clientes confíen en compartir sus claves con ellos para que puedan mirar toda esa información, las aseguradoras pueden desarrollar nuevos modelos de negocio y nuevos productos. ¿La gente compartiría sus datos tan fácilmente para obtener un valor añadido?
Desde la consultora aseguran que este proceso será gradual. Concluyen que cuando comenzó todo, era en la parte de microcréditos y después a consumo. “Esto es algo que está aquí para quedarse, para ir evolucionando y cada vez más dentro de tu vida como consumidor darás esos datos, los cuales son valiosos para los usuarios y las entidades van a intentar conseguirlos para tratarte mejor y tú para conseguir más de ellos. Tiene que ser algo donde tú veas un beneficio, un retorno, si no no los vas a compartir”.