El sector del delivery crece a un ritmo vertiginoso en España y la pandemia y el consiguiente confinamiento han tenido mucho que ver en su impulso. Este modelo de negocio digital aporta valor a los consumidores e incorpora un cambio en los hábitos de compra. De hecho, cada vez más bares y restaurantes han ido […]
NacionalDirigentes Digital
| 09 sep 2020
El sector del delivery crece a un ritmo vertiginoso en España y la pandemia y el consiguiente confinamiento han tenido mucho que ver en su impulso. Este modelo de negocio digital aporta valor a los consumidores e incorpora un cambio en los hábitos de compra. De hecho, cada vez más bares y restaurantes han ido introduciendo este servicio de envío a domicilio, algo que ha incrementado la facturación de los establecimientos.
En términos económicos, este tipo de plataformas contribuyeron a generar más de 700 millones de euros en 2019, lo que supone un 0,06% del PIB español. Estas son las cifras que arroja el último estudio elaborado por la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) junto a la consultora AFI. De esta cantidad, el efecto directo resultante de restaurantes y comercios asciende a 250 millones, mientras otros 180 millones provienen de las rentas generadas. A estos dos anteriores se suma el impacto indirecto: 265 millones. “Gracias a que los establecimientos de restauración pueden seguir facturando a través de este canal, hay una demanda de bienes y servicios, los proveedores también siguen ingresando y así se genera el efecto indirecto”, explicó el socio director de Economía Aplicada de AFI y autor del informe, Diego Vizcaíno, en la presentación de dicho estudio.
Los datos de 2019 consolidaron el crecimiento del delivery, pero en el presente ejercicio todavía hay margen de mejora por el efecto que ha tenido la pandemia en el consumo. “Constatamos un incremento mucho más elevado a cierre de 2020”, indicó.
Durante la pandemia, la restauración y la venta minorista han visto en este canal una vía de supervivencia y han recurrido a este tipo de plataformas, consideradas como servicio esencial, para reducir el impacto en sus negocios. Vizcaíno recalcó: “Muchas empresas y pequeños establecimientos se han visto obligados a digitalizarse de la noche a la mañana, y no todos tenían los medios para montar un e-commerce, y el delivery ha servido como vía de venta”. Vizcaíno recalcó que, sobre todo, ha sido un canal “eficiente y operativo” para el colectivo de microempresas. Es decir, ha favorecido la transformación digital de aquellos locales que no contaban con una gestión de pedidos online.
Vizcaíno ha añadido que los acuerdos de colaboración que se han establecido entre ambas partes se han mantenido una vez superado el estado de alarma y ha recalcado que los cambios que surgen de manera imprevista, muchas veces vienen para quedarse, “por la transformación estructural que representan”.
Por su parte, el director general de Adigital, José Luis Zimmermann, ha puesto en valor la aportación que las plataformas digitales pueden hacer para cubrir la última milla en la distribución comercial de establecimientos de restauración y comercio minorista tras lo vivido en la época del confinamiento.
Por otro lado, las plataformas de delivery, que registraron el pasado año un volumen de 36 millones de pedidos realizados por 4,7 millones de clientes, además del valor económico que generan, su impacto también se refleja en el mercado laboral con el mantenimiento de más de 15.300 empleos (directos e indirectos) y contabiliza alrededor de 29.300 repartidores.
Cabe recordar que está sobre la mesa la posible aplicación de la nueva ley que regule estas plataformas, conocida comúnmente como Ley Rider. Si bien el Ministerio de Trabajo y Economía Social se plantea establecer un marco normativo para reforzar la seguridad y garantías de los repartidores, por el momento, aún se desconoce el estado del trámite para aprobarla.
Con este análisis, los expertos quieren insistir en la necesidad de aprovechar la contribución de estas plataformas para impulsar el desarrollo de una regulación y adopción de políticas que estén en sintonía con la realidad vigente como propuesta para la adecuada inserción en la economía española de esta actividad. Zimmermann recalca que “antes de adoptar cualquier medida es necesario conocer bien cómo funciona y qué valor aporta este modelo”. Es por ello que apela al diálogo con los diferentes agentes socioeconómicos del sector público y privado para que esta actividad pueda integrarse adecuadamente en la economía y “no poner en jaque el crecimiento continuado del sector y la generación de empleo que trae asociados”.