Era previsible porque la reorganización histórica que ha lanzado el CEO Christian Sewing en Deutsche Bank cuesta dinero, pero aun así ha cogido a los mercados por sorpresa: las pérdidas consolidadas ascienden a 3,15 mil millones de euros en el segundo trimestre de 2019. No solo cuesta la reorganización, también los ingresos del banco se […]
NacionalDirigentes Digital
| 24 jul 2019
Era previsible porque la reorganización histórica que ha lanzado el CEO Christian Sewing en Deutsche Bank cuesta dinero, pero aun así ha cogido a los mercados por sorpresa: las pérdidas consolidadas ascienden a 3,15 mil millones de euros en el segundo trimestre de 2019. No solo cuesta la reorganización, también los ingresos del banco se han reducido en algunos segmentos en una quinta parte, lo que preocupa a los inversores. Además, Sewing había previsto que las perdidas rondarían los 2.800 millones de euros, lo que prueba que el Deutsche Bank se ha equivocado en su análisis, como últimamente han hecho muchos grupos alemanes.
El mercado, que había premiado el valor de Sewing para esta reorganización seria con una subida del 6% en el último mes, vigilará cada paso con lupa a partir de ahora, porque el modelo de negocio de Deutsche Bank sigue sin funcionar. Los ingresos cayeron en el segundo trimestre un 18%, hasta llegar a los 2,94 mil millones de euros. “Está claro que las restructuraciones que se tienen que hacer ahora en el mercado bancario alemán saben amargo, pero son más que necesarias”, dice el economista Javier Rivas de la EAE Business School in Madrid que espera unos tiempos turbulentos para todo el sector.
El sabor amargo afectará también a los alemanes en su conjunto y no solamente porque el banco es importante para la industria. Sewing anunció que para los clientes vendrán tiempos más duros: “Si ya no podemos ganar dinero prestando dinero, hay que buscar otras vías de ingresos”, dice el CEO de Deutsche Bank que entrará en la historia de la entidad seguramente como el más valiente. Porque Sewing se juega todo con el corte de 18.000 empleos en todo el mundo en los próximos tres años. Pero su paso firme de reducir la banca de inversión, que generó miles de millones de dólares en multas para el banco, parece acertado según los analistas. Sewing empieza a limpiar de verdad, lo que también se aprecia en el mercado: una quinta parte de los riesgos totales del balance se incluirá en un “banco malo” interno.
Bajos tipos son malos para Alemania
Para Alemania y también para Deutsche Bank será importante que la candidatura de Jens Weidmann por el oficio del FMI tenga éxito. Pero no es seguro, porque también se habla del ex ministro de Finanzas holandés Jeroen Dijsselbloem y los jefes de los bancos centrales británico y finlandés, Mark Carney y Olli Rehn. “Sin embargo, Weidmann sigue entre los favoritos”, escribe la revista de bolsa Börse-Online. Se espera que como jefe del FMI podría advertir de los peligros de los tipos tan bajos de la última década para toda la economía y para los estados tan endeudados en todo el mundo. El año pasado, según un informe del periódico alemán Rheinische Post, los bancos, entre ellos Deutsche Bank, pagaron alrededor de 2,4 mil millones de euros en intereses punitivos por sus depósitos en el Deutsche Bundesbank. “Los tipos bajos también tienen un impacto negativo en la competitividad de las empresas en general, porque cuando el dinero no cuesta nada las empresas tienden a ser menos eficientes e innovadores”, dice Rivas.
Para el sector bancario alemán, la época de Draghi ha sido sin duda un castigo, aunque ha tenido efectos positivos en el consumo privado y en el mercado inmobiliario. Pero para Deutsche Bank, los tipos de interés tan bajos son solamente un factor en una cadena de malas noticias que no paran. Por todo ello, Sewing tiene unos meses muy complicados por delante manejando con toda esta carga encima un valor en bolsa que está en mínimos. La acción de Deutsche Bank perdió en un año el 36% y vale ahora menos de 15.000 millones de euros. En comparación: el Santander se acerca a los 67.000 millones de euros. Las previsiones no van a mejorar en los próximos meses. Los analistas de la agencia calificadora Moody’s esperan para Deutsche Bank una pérdida de dos mil millones de euros en 2019.