Los gobiernos a distintos niveles están tratando de extender el periodo expansivo de crecimiento económico, desde la Unión Europea hasta los de los países que la conforman. Se está favoreciendo la mejora del mercado de trabajo, además de las condiciones financieras para acceder al crédito. Todo ello, junto con una política fiscal expansiva y la […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 nov 2018
Los gobiernos a distintos niveles están tratando de extender el periodo expansivo de crecimiento económico, desde la Unión Europea hasta los de los países que la conforman. Se está favoreciendo la mejora del mercado de trabajo, además de las condiciones financieras para acceder al crédito. Todo ello, junto con una política fiscal expansiva y la política monetaria actual están sirviendo como contrapeso para el “empeoramiento del comercio internacional”, que protagoniza la “sorpresa negativa” de este año.
El Banco de España apunta a todos estos factores en su última publicación para explicar por qué la fase expansiva está sufriendo cambios que, no obstante, no evitan el crecimiento económico “por encima del potencial”, en el caso de la zona euro. En todo caso, tanto la desaceleración del comercio exterior y el incremento de la incertidumbre ya han supuesto la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento mundial por parte de distintos organismos, como el propio Banco de España, así como el FMI o la OCDE.
En lo que atañe a España, su impulso se está viniendo abajo por una desaceleración que “en parte era prevista”, según el Banco de España. Aun así, la reducción del crecimiento de la economía española también se debe al “reciente deterioro del entorno internacional”.
Además de eso, existen diversos aspectos coyunturales que se unen a los obstáculos estructurales a los que ya se enfrenta España. En el caso de los factores coyunturales, se alude a cuestiones políticas en su mayoría. En el ámbito externo, se nombra la salida de Reino Unido de la Unión Europea, así como la situación de Italia que, en cualquier caso, está teniendo un efecto limitado en la zona euro.
Por otro lado, también se está viviendo un “proceso de normalización” en los países emergentes con respecto a las políticas monetarias que está aplicando Estados Unidos. En lo que respecta al ámbito interno, España enfrenta obstáculos como la fragmentación parlamentaria, que genera incertidumbre sobre las políticas económicas. También se menciona la situación política de Cataluña como “un riesgo adicional para la estabilidad económica”.
Esas son circunstancias que se suman a los desafíos a los que ya se enfrenta España. En primer lugar, el paro, que ha descendido por debajo del 15% (14,6% según la última EPA), pero aún se encuentra muy por encima de los niveles medios de la Unión Europea y Monetaria. Además, enfrenta problemas como el reducido aumento de la productividad o una deuda pública cercana al 100% del PIB. Junto a esos factores, el Banco de España enumera el envejecimiento de la población como “reto de primer orden”.