El Instituto Nacional de Estadística alertó de nuevo esta semana de una escalada de la inflación que no se veía desde hace décadas. Los precios se incrementaron un 7,4% en febrero con respecto a las mismas fechas del año pasado y, de hecho, supera los preocupantes datos de enero, cuando ya se registró un encarecimiento […]
NacionalDirigentes Digital
| 04 mar 2022
El Instituto Nacional de Estadística alertó de nuevo esta semana de una escalada de la inflación que no se veía desde hace décadas. Los precios se incrementaron un 7,4% en febrero con respecto a las mismas fechas del año pasado y, de hecho, supera los preocupantes datos de enero, cuando ya se registró un encarecimiento del 6,1%.
De nuevo, la energía y los alimentos se encuentran detrás de esta escalada de precios. Por un lado, los hidrocarburos se resienten por la invasión de Ucrania, mientras que la electricidad sufre las mismas tensiones que se llevan produciendo ya meses. A su vez, los alimentos empiezan a reflejar que producir y transportar comida es más caro.
Teniendo en cuenta que Rusia y Ucrania son productores de hidrocarburos y alimentos básicos, es de esperar que los precios puedan incrementarse todavía más. A ello se suman las sanciones que han ejercido las instituciones europeas y estadounidenses, que pueden volverse en contra de las empresas y consumidores de esos países.
Hay que tener en cuenta que los datos del INE apenas recogen el impacto de la guerra. Se trata de un avance que se publicó cuatro días después del estallido de las hostilidades. Por tanto, pueden darse aún más subidas conforme la situación se alargue. Desde el Gobierno se plantea que la colaboración de los agentes sociales, patronal y sindicatos, debe ayudar a amortiguar el impacto de la subida de precios.
La CEOE, en representación de las empresas, advirtió hace poco de que lo deseable es tratar de contener los salarios y los precios de los productos. La organización que preside Antonio Garamendi viene manteniendo que la inflación actual es solo una situación transitoria, por lo que es razonable evitar el traslado de esos costes al precio final.
El Gobierno ha pedido activamente a ambas partes que se reúnan para cerrar un “pacto de rentas” que ayude a contener los precios. Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, explicó recientemente que “el impacto tiene que repartirse entre el conjunto de la economía”. Eso quiere decir que debe vigilarse la “evolución de los salarios” y también “la evolución de los beneficios y dividendos empresariales”.
En ese sentido, Calviño explicó que la reunión de hoy servirá para abordar el asunto. La vicepresidenta espera que los agentes sociales “sigan actuando con la responsabilidad con la que han actuado desde el principio de la pandemia”.
No obstante, representantes de empresarios y trabajadores se reunieron el jueves para abordar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. En dicho encuentro se trataron diversos temas, entre los que se sitúa también el asunto de los salarios.
Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción sindical y Empleo de Comisiones Obreras, reconoce que se trata de un “tema conflictivo”, así que por el momento ambas partes se han limitado a “cambiar impresiones” y no se ha llegado a hablar de porcentajes de aumento salarial. Por eso, además de la reunión de hoy con el Gobierno, se prevé otro encuentro entre sindicatos y patronal el próximo miércoles 9.
Por su parte, CEOE insiste en la contención salarial. Garamendi explicó ante la prensa este jueves que en este momento no es “razonable” hablar de un 5% de incremento salarial, una cifra que puso sobre la mesa UGT.
Aunque las reuniones formales están marcadas en el calendario, como las del jueves pasado, la de hoy y la del miércoles, Garamendi reconoce que las conversaciones llevan unos días teniendo lugar. En su opinión, hay que analizar la inflación actual y los efectos de la guerra, que asegura que va a afectar a la economía. Sin embargo, espera que la negociación no se alargue más allá del 31 de marzo.
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