Los últimos ocho años han dado para muchos quebraderos de cabeza en el aspecto económico. Que se lo digan a José María Roldán, expresidente de la Asociación Española de Banca (AEB), que en ese tiempo ha afrontado problemas de todo tipo representando al sector bancario. Después de dos mandatos consecutivos al frente de la AEB, […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 abr 2022
Los últimos ocho años han dado para muchos quebraderos de cabeza en el aspecto económico. Que se lo digan a José María Roldán, expresidente de la Asociación Española de Banca (AEB), que en ese tiempo ha afrontado problemas de todo tipo representando al sector bancario.
Después de dos mandatos consecutivos al frente de la AEB, Roldán ha tenido suficiente, sobre todo con la tarea de “mejorar la imagen de la banca”. En su carta de despedida, reconoce que “lo conseguido un día parecía a veces deshacerse al siguiente”.
No obstante, se muestra satisfecho del papel que cumplen las entidades financieras para los ciudadanos españoles. “Cuando estas desaparecen, reclaman su presencia con insistencia porque sus servicios son indispensables”, recalca Roldán, como pasa con la atención a los mayores y en áreas rurales.
El periplo de Roldán al frente de la asociación se salda mejor de lo esperado, dadas las circunstancias. Los resultados recuerdan a los de 2019, antes de la pandemia, y el negocio bancario parece recuperarse tras los numerosos ajustes y transformaciones que se han abordado.
En particular, el presidente saliente dice que los bancos han conseguido buenas cifras en diversos segmentos, como los ingresos, los costes y la morosidad, aspectos en que la evolución fue mejor de lo esperado.
Además, se dan dos circunstancias que invitan a pensar en una posición más estable del sector: por un lado, los esfuerzos realizados para reducir los costes darán sus frutos; por otro, la normalización de los tipos de interés supondría para los bancos españoles “recuperar su negocio tradicional”, dice Roldán.
Pero el panorama no se aclara del todo para la nueva presidenta, Alejandra Kindelán, tal y como avisa su predecesor. Roldán dice que el sector ha vivido “cambios dramáticos” que hacen que la banca sea “prácticamente irreconocible”.
En estos ocho años, el proceso de digitalización, la entrada de nuevos operadores tecnológicos, nueva regulación, transición ecológica, nuevos parámetros bajo la tendencia de la sostenibilidad, la propia crisis económica por la pandemia… De hecho, Kindelán tendrá que acostumbrarse a todo este corolario de circunstancias que apenas acaban de nacer.
Así, la presidenta de AEB se compromete ante la Asamblea de la asociación a colaborar con las entidades para hacer frente a estos retos. Además, no olvida el reto de acercar más el sector financiero a la sociedad, en el que Roldán ha puesto tanto empeño.
Kindelán, de origen venezolano (Caracas, 1971), procede del área de Estudios y Relaciones Institucionales del Banco Santander, entre otros puestos dentro de la entidad que preside Ana Botín. También ha ejercido como vicepresidenta del Consejo Asesor Empresarial de la OCDE, y, entre otras responsabilidades, como presidenta del Comité de Asuntos Económicos y Monetarios de la Federación Bancaria Europea.
Su primer contacto como representante de la banca tiene lugar con la nueva incertidumbre que supone la guerra de Ucrania. A pesar del impacto que puede suponer la inflación, el sector afronta la situación desde una posición más solvente que en el pasado.
La morosidad evoluciona mejor de lo previsto “y no parece que vaya a cambiar la tendencia”, aventura Roldán. Por otro lado, aumenta la solvencia, la rentabilidad vuelve a niveles precrisis y la eficiencia alcanza niveles nunca vistos.
Santander descarta impacto por la guerra y mantendrá su dividendo