Los precios han experimentado una evolución paralela a la de la pandemia. Sin casi percibirlo, se han dado la vuelta desde tasas negativas, como la de octubre de 2020 (-0,8%), hasta alcanzar un registro que no se veía en 30 años. Con la entrada del año, la variación de los precios pasó de la deflación […]
EnergíaDirigentes Digital
| 12 nov 2021
Los precios han experimentado una evolución paralela a la de la pandemia. Sin casi percibirlo, se han dado la vuelta desde tasas negativas, como la de octubre de 2020 (-0,8%), hasta alcanzar un registro que no se veía en 30 años.
Con la entrada del año, la variación de los precios pasó de la deflación a la inflación, puesto que en enero retornó a cifras positivas (0,5%) en términos interanuales. Los meses siguientes se ha ido viviendo un encarecimiento moderado, si bien en los últimos meses la aceleración ha sido mucho más veloz.
Se pueden señalar tres puntos de inflexión. El primero sucedió en febrero y marzo, cuando apenas hubo subida de precios y se avanzó hacia una tasa del 1,3% en el tercer mes del año. Después las cifras se fueron consolidando hasta julio, en un periodo en el que se rozó el 3%. Por último, en apenas tres meses los precios se han revalorizado hasta alcanzar el 5,4%, según calcula el INE.
La cuestión es que casi todos los componentes de la lista de la compra que tiene en consideración el INE tuvieron una evolución similar y moderada. La evolución de artículos como los alimentos, la ropa, los muebles o los restaurantes varía entre el 1% y el 2%.
Pero sin duda, el transporte y la electricidad tienen una incidencia clave en la subida de precios que sufren consumidores y empresas. La categoría que engloba la vivienda, el agua y la electricidad se revaloriza un 20% en los últimos doce meses.
No obstante, la principal causa de que ese grupo se encarezca es la electricidad, el gas y otros combustibles. El coste del alquiler apenas varía un 0,5%, las reparaciones de la vivienda cuestan un 1,8% más que el año pasado y suministros como el agua se encarecen un 0,6%.
En este punto es donde aparecen la electricidad, el gas y los combustibles. La variación en los últimos doce meses es del 49,6%. De hecho, esta evolución de los precios es idéntica a la que hace el IPC, el conjunto de los precios, si bien la de la electricidad resulta mucho más abrupta y con picos más pronunciados, dado que las tasas de variación son más altas.
Mientras, la categoría que engloba todo lo que tiene que ver con el transporte varía un 12%. Sin embargo, tan solo una de las tres subcategorías que utiliza el INE sufre una evolución anómala. El precio de comprar vehículos crece un 2,5% en comparación con octubre de 2020, mientras que los servicios de transporte se abaratan un 0,4%.
Por tanto, es la utilización de vehículos personales la que eleva la factura un 17,2%. En este punto hay que tener en cuenta varios factores. El primero, que en estas fechas del año pasado el teletrabajo estaba más extendido y se hacía menos uso de los vehículos. Otra cuestión es que el encarecimiento de los combustibles también hace más caro usar el coche.
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