Los programas de aceleración, otra vía de impulso para las start-ups

Aciertos y errores: el mundo de los negocios se basa en estas dos ideas. Bajo esta premisa, durante la segunda jornada del evento Startup OLÉ, que se está celebrando esta semana en Salamanca, se ha llevado a cabo una mesa redonda en la que se han abordado las futuras tendencias en programas de aceleración. En esta línea, las iniciativas presentadas durante la cita traen consigo una amplia variedad de oportunidades que, en el caso del emprendimiento, son especialmente útiles en dos sentidos. 

En primer lugar, son una vía para conocer nuevos métodos de financiación con los que encontrar el sustento necesario para su desarrollo y consolidación, así como una puerta de acceso a nuevos mercados. Y, por otra parte, ponen de relieve la colaboración como el denominador común capaz de integrar una red de apoyo constante.

En este sentido, uno de los casos de éxito que se dieron a conocer a lo largo de la cita es la joven Aceleradora Litoral. Su directora de Negocio y Relaciones Internacionales, María Fernanda Andrés, explicó que su iniciativa nació en 2017 con una idea clara: potenciar el emprendimiento entre los científicos. Con esta premisa, hace tan solo cuatro años la Universidad Nacional del Litoral, el Parque Tecnológico del Litoral Centro y la Bolsa de Comercio de la ciudad argentina de Santa Fe decidieron unirse para crear una aceleradora de base científica encargada de acompañar tanto financiera como técnicamente a las start-ups, participando en su puesta en marcha y funcionamiento lo antes posible.

Para llevar a cabo su planteamiento, disponen de diferentes acciones en función de la vertical que se trate y, hasta la fecha, ya han invertido en cuatro empresas emergentes de diferentes tipos, tales como biotecnológicas, de ingeniería de los materiales o especializadas en nuevos fármacos, entre otros campos. 

Otra de las propuestas mencionadas es IncubatecUFRO, una aceleradora regional chilena con carácter nacional que ya ha superado los 20 años de edad. Su manager, Cristian Campomanes, destacó que, a lo largo de su trayectoria han apoyado tanto a sectores tradicionales, tales como la industria y la agricultura, como a otros más actuales como las smart cities, la biotech, el desarrollo biotecnológico o el retail y la logística, dos campos de gran actualidad desde el surgimiento de la pandemia.

En la actualidad, estudian cerca de 100 iniciativas cada año y, a aquellas seleccionadas, las apoyan en el desarrollo de sus proyectos o, también, con capital inicial. Con un planteamiento colaborativo presente en todas sus actividades, sus ámbitos de actuación están centrados en Latinoamérica y el Caribe, dos regiones donde se concentran la mayor parte de sus redes y donde consideran que tienen la fortaleza para facilitar a los emprendedores el acceso a las diversas redes de colaboración y emprendimiento, ya sea con otras aceleradoras o con clientes, proveedores y agencias.

Asimismo, SEK Lab EdTech también se coló en la cita con una propuesta centrada en visibilizar el poder transformador y el impacto social que tiene el sector de la educación. Esta iniciativa, concebida como una aceleradora vertical que el próximo octubre cumplirá seis años, fue puesta en marcha por el Grupo Educativo SEK a través de un proyecto en el que se da la posibilidad a las start-ups de llevar a cabo en las aulas de sus colegios proyectos piloto reales. En su caso, el director del proyecto, Félix López, detalló que únicamente buscan empresas que ya estén constituidas, sean innovadoras y tengan ambición global, de forma que abren la puerta a los emprendedores procedentes de cualquier país. A lo largo de su trayectoria han impulsado 60 start-ups educativas, de las que el 83% siguen activas. 

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