Los últimos acontecimientos sociales, políticos y económicos no son los únicos que han afectado el modelo de actuación de las empresas. Querer atender otros aspectos que la actualidad requiere como la sostenibilidad, las demandas de los consumidores o los estragos que dejó la pandemia han hecho que todas las organizaciones vean alteradas sus cadenas de suministros. Pero, ¿están preparadas para ello?

Tan solo en los últimos tres años, tres cuartas partes de las empresas se han visto afectadas por estos cambios según un reciente estudio publicado por el Instituto de Investigación Capgemini. Cierres de instalaciones, teletrabajo o crisis en la adquisición de materias primas son algunos de los efectos más conocidos y, a pesar de ello, menos del 20% de los dirigentes afirman estar preparado para nuevas variaciones.

La inversión en las cadenas de suministros es fundamental para estar prevenidos ante los cambios socioeconómicos globales y en permanente cambio. Según el informe, la lista de problemas que los empresarios acucian está encabezada por la reducción de emisiones de CO2 seguida del incremento de las ventas a través del comercio electrónico.

Apostar por una cadena de suministros ágil y resiliente, capaz de adaptarse a las adversidades que se puedan plantear en el futuro sin que ello afecte a su sistema de producción es clave para el tejido empresarial. Así lo declara el responsable global de la Cadena de Suministro en Capgemini:

“No existe una solución única para todos, pero las organizaciones que fundamenten su cadena de suministro en la sostenibilidad, escalabilidad, y se basen en la tecnología y los datos, son las que obtendrán los mayores beneficios desde el punto de vista del impulso de la mejora de la lealtad de los clientes, la creación de más valor de negocio y el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad.”

Tecnología y sostenibilidad ante los cambios

De entre los encuestados, aquellos pocos que habían invertido en sus cadenas de suministro (un 9,5%) habían experimentado un incremento en sus beneficios de empresa en un 15%, habían conseguido disminuir el CO2 de sus emisiones a un 17% y su cuota de mercado había crecido por encima del resto un 1,8%.

Invertir en tecnología es algo que el estudio recomienda para todas aquellas empresas y organizaciones que busquen estar capacitadas ante los cambios propios del día a día y puedan seguir satisfaciendo las demandas de sus clientes. La capacidad para planificar futuros escenarios y anticiparse a los cambios es algo que, a través de los avances tecnológicos, impulsa cualquier organización.

Pero también la sostenibilidad es una realidad a la que la empresa no puede dar de lado. Adoptar prácticas que frene la emisión de carbono en la cadena de suministro que incluya parámetros para medir los resultados y sistemas de seguimiento en tiempo real, beneficiará a la empresa.

Iniciativas que se deben tomar en los procesos, directos e indirectos, para que una empresa sea competente a su vez que esté capacitada para responder con rapidez y precisión ante la demanda de su público. Optar por el control total, de una manera centralizada, es la mejor manera de afrontar con precisión cualquier alteración futura dentro de la organización.