El primer año de vida de Naturgy ha supuesto el inicio para su transformación. El presidente ejecutivo de la empresa, Francisco Reynés, considera que se han “establecido las bases para afrontar la transformación del grupo, reposicionar el negocio de cara a la transición energética y lograr los objetivos fijados en la nueva hoja de ruta”.

Esas declaraciones vienen al hilo de la presentación de resultados anual, en las que Naturgy ha comunicado que tuvo pérdidas de 2.822 millones de euros. Esas pérdidas se explican por el “ajuste del valor contable de los activos”, cifradas en 4.851 millones de euros.

No obstante, el EBITDA ordinario asciende a 4.413 millones de euros, un 12% superior al del año anterior, mientras que el beneficio neto ordinario se cuantifica en 1.245 millones de euros, un 57% mayor que el de 2017.

En ese sentido, Reynés cree que los resultados “muestran una evolución positiva de los negocios, pero será durante los próximos años cuando veremos una mejora más sustancial de resultados a medida que avanzamos en la ejecución del plan”.

En el capítulo de inversiones, la empresa dirigió sus esfuerzos a proyectos de crecimiento orgánico, que acumularon siete de cada diez euros de inversión de la empresa. El total alcanzó los 2.321 millones de euros, una cifra que representa un aumento del 30% con respecto a 2017.