España ya tiene en sus manos los primeros 9.000 millones de euros de los fondos europeos para poner en marcha su Plan de Recuperación. La recepción de este primer 13% de dinero representa una oportunidad para el país, pero también un reto, como insisten desde diversas instancias públicas y privadas. Aún quedan unos cuantos miles […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2021
España ya tiene en sus manos los primeros 9.000 millones de euros de los fondos europeos para poner en marcha su Plan de Recuperación. La recepción de este primer 13% de dinero representa una oportunidad para el país, pero también un reto, como insisten desde diversas instancias públicas y privadas. Aún quedan unos cuantos miles de millones hasta alcanzar los primeros 70.000 millones que recibirá España hasta 2023, y por eso se incide en que la colaboración público-privada y la vigilancia en la ejecución resultan esenciales.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, aprovechó su intervención en el 35º Congreso de AMETIC para poner sobre la mesa optimismo. “La recuperación económica está en marcha”, explicó Calviño, quien añade que la colaboración público-privada “es esencial” para consolidar dicha recuperación. En ese sentido, subraya que hay que “aprovechar esta oportunidad única”.
Raül Blanco, secretario General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, argumentó en el mismo foro que los fondos europeos deben servir para “recuperar y fortalecer la industria”. “No podemos regalar la soberanía digital”, comentó Blanco con respecto a la dependencia europea de terceros países. Por eso, los planes pueden reducir la “incertidumbre tecnológica”, que también se extiende a otros sectores y a sus materias primas, desde los semiconductores hasta el agroalimentario.
En adición, el secretario general destacó que “España es el principal país beneficiado”, si bien existe el “reto de gestionar un presupuesto tan grande”. En la misma línea que Calviño, Blanco subraya que España se encuentra en un “momento positivo si lo comparamos con un año atrás”. No obstante, cree que “debemos afianzar todos esos datos a través del Plan de Recuperación”.
Fue Luis Fernando Álvarez-Gascón, Vicepresidente de AMETIC, el primero en hablar abiertamente de las dificultades. “Nos preocupa la gobernanza”, comenta Álvarez-Gascón, en el sentido de que hay diferentes escalones del estado implicados, así como el propio sector privado. Pero si se hace bien, desde AMETIC confían en que se produzca un “efecto palanca” de 500.000 millones de euros de inversión privada.
María Sánchez Ruiz, consejera de Economía y Hacienda de Cantabria, coincide en que “es un auténtico reto” hacer llegar el dinero adonde debe. Nombra las comunidades autónomas, la administración del Estado e incluso los ayuntamientos. Sin embargo, observa que la “capilaridad pública” es una ventaja para ejecutarlo.
También participó José Bayón, consejero delegado de ENISA. Puso el foco en las empresas pequeñas, centradas ahora en materias urgentes, más que en digitalizarse. “Las micropymes lo tienen difícil y les cuesta mucho”, avanza Bayón, quien continúa diciendo que el reto “hay que afrontarlo siendo conscientes de que queremos que crezcan”. “Si las pymes son más grandes, sería mejor”, remacha.
Alberto Martínez, director general de RED.ES, expresó su preocupación por la productividad de la economía española. Una forma de abordarla pasa por la digitalización que, desde su punto de vista, abarca casi todos los puntos del Plan de Recuperación. “Casi todos los componentes del plan son digitales, no imagino la transición ecológica, ni los avances en movilidad o en el sector agroalimentario sin digitalización”, reflexiona.
En ese aspecto, anima al sector privado a acompañar al sector público y advierte de que “es imposible que una empresa sobreviva de aquí a 5 años si vive al margen de la digitalización”. La entidad que dirige tiene previsto uno de los planes estrella, que consiste en inyectar 3.000 millones de euros para que 800.000 pymes se digitalicen. Dicho plan se ejecutará a través de microsubvenciones que vayan destinadas a soluciones concretas.
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