La situación de las monedas digitales está ya en boca de todos. Y es que muchos consideran que si el mundo está avanzando en una línea claramente digital, el dinero también debería correr la misma suerte. De esta manera, y como alternativa a las volátiles criptomonedas, ya son varios los organismos y bancos que están […]
La situación de las monedas digitales está ya en boca de todos. Y es que muchos consideran que si el mundo está avanzando en una línea claramente digital, el dinero también debería correr la misma suerte.
De esta manera, y como alternativa a las volátiles criptomonedas, ya son varios los organismos y bancos que están reflexionando sobre este concepto. Parece ser que la intención es sustituir a las criptomonedas desregularizadas por tokens digitales controlados por estados y bancos centrales que garanticen, en mayor medida, una mayor seguridad a usuarios y mercados.
La noticia la daba ayer mismo el Banco Central Europeo (BCE), pues su Consejo de Gobierno decidió iniciar la fase de investigación de un proyecto de euro digital.
De hecho, y tal y como informan desde la propia autoridad monetaria europea, el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe felicitó al Consejo por su decisión y expresó su apoyo.
“Han pasado nueve meses desde que publicamos nuestro informe sobre un euro digital. En ese tiempo, hemos llevado a cabo nuevos análisis, hemos recabado la opinión de ciudadanos y profesionales y hemos realizado algunos experimentos, con resultados alentadores”, ha indicado a presidenta del BCE, Christine Lagarde, para añadir: “Todo ello nos ha llevado a decidir dar un paso adelante y poner en marcha el proyecto del euro digital”.
“Nuestro trabajo pretende garantizar que en la era digital los ciudadanos y las empresas sigan teniendo acceso a la forma más segura de dinero, el dinero del banco central”, ha matizado.
Desde el BCE aseguran que la fase de investigación durará 24 meses y tiene como objetivo abordar cuestiones clave relativas al diseño y la distribución.
Insisten en que el euro digital debe ser capaz de satisfacer las necesidades de los europeos y, al mismo tiempo, ayudar a prevenir las actividades ilícitas y evitar cualquier impacto indeseable sobre la estabilidad financiera y la política monetaria. Eso sí, desde el banco central dejan claro que aunque el euro digital sea una idea transgresora, en ningún momento sustituiría al modelo en efectivo, sino que lo complementaría.
”Nos comprometeremos con el Parlamento Europeo y otros responsables europeos y les informaremos periódicamente de nuestras conclusiones. También participarán los ciudadanos, los comerciantes y el sector de los pagos”, afirma Fabio Panetta, miembro del Consejo del BCE y presidente del Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre el euro digital.
Al parecer, durante estos dos años de investigación, el Eurosistema se centrará en un posible diseño funcional basado en las necesidades de los usuarios. Para ello, se crearán grupos de discusión, se crearán prototipos y se realizará un trabajo conceptual. En la fase de investigación se examinarán los casos de uso que un euro digital debería ofrecer de forma prioritaria para cumplir sus objetivos: una forma de dinero digital del banco central sin riesgo, accesible y eficiente.
El comunicado de la UE deja claro que este proyecto también podría poner de manifiesto posibles modificaciones del marco legislativo de la UE necesarias, que se darse, serian debatidas por los colegisladores europeos.
“El BCE seguirá colaborando con el Parlamento Europeo y con otros responsables políticos europeos durante la fase de investigación del proyecto. También se intensificarán los trabajos técnicos sobre el euro digital con la Comisión Europea”, insisten.
Es importante señalar además que este proyecto de investigación va a evaluar el posible impacto de un euro digital en el mercado, identificando las opciones de diseño para garantizar la privacidad y evitar riesgos para los ciudadanos de la zona del euro, los intermediarios y la economía en general.
Además, también definirá un modelo de negocio para los intermediarios supervisados dentro del ecosistema del euro digital. “Un grupo consultivo del mercado tendrá en cuenta las opiniones de los posibles usuarios y distribuidores de un euro digital durante la fase de investigación”, asumen.
En esa fase previa de estudio que ha durado nueve meses y que nos ha traído hasta el momento actual, y que ha sido realizada tanto por el BCE tanto or los bancos centrales de la zona euro, se ha experimentado con el libro mayor digital del euro; la privacidad y la lucha contra el blanqueo de capitales; los límites del euro digital en circulación; el acceso de los usuarios finales mientras no están conectados a Internet y la facilitación de la inclusión con dispositivos adecuados, en ninguno de los cuales se identificaron obstáculos técnicos importantes para ninguna de las opciones de diseño evaluadas.
Debemos hacer hincapié también en que el BCE ha tenido en cuenta los criterios de sostenibilidad para este euro digital y por los que tanto está apostando por su regulación.
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