En el contexto de mercado actual, uno de los focos clave para inversores y mercado se encuentra en el mercado de divisas, con la paridad euro-dólar (EUR/USD) como protagonista. Y es que estamos ante una situación que no habíamos visto desde hace un par de décadas, pues durante todo este tiempo, la moneda única del […]
Tipos de interésEn el contexto de mercado actual, uno de los focos clave para inversores y mercado se encuentra en el mercado de divisas, con la paridad euro-dólar (EUR/USD) como protagonista.
Y es que estamos ante una situación que no habíamos visto desde hace un par de décadas, pues durante todo este tiempo, la moneda única del viejo continente había llevado la voz cantante respecto al billete verde de la potencia americana. La última vez que ocurrió (esta situación en las grandes divisas) se remonta al período de la crisis de las puntocom (2000-2002), cuando el cambio cayó por encima del 17 %, alcanzando mínimos históricos de 0,82 $. En las últimas semanas, en cambio, es la segunda vez que se somete a prueba”, señala Gabriel Debach, analista de mercados de la plataforma eToro.
En palabras de Aneeka Gupta, directora de análisis macroeconómico en WisdomTree, “el dólar estadounidense es, con diferencia, el valor más fuerte en 2022”.
Según los expertos y entendidos en el mercado de divisas, son las nuevas presiones energéticas (fundamentalmente ante la invasión de Rusia a Ucrania y las posteriores sanciones con el país de Putin), las que mantienen en vilo al euro. “Basta pensar que en poco más de un mes, desde el 14 de julio hasta hoy, los precios del TTF han registrado un aumento de más del 213 %. Esta situación tiene graves repercusiones para las economías europeas, especialmente para Alemania. Según ha confirmado Nagel, presidente del Bundesbank, el riesgo de una próxima recesión va en aumento en caso de que la crisis energética continúe empeorando”, concreta Debach.
Que añade que a este escenario de problemática energética también hay que sumar el endurecimiento de los tipos de interés propios de una política monetaria más endurecida como parte de la ruta del BCE para luchar contra la alta inflación que se vive en el momento actual. “El diferencial entre los tipos del euro frente al dólar ha aumentado”, concreta el entendido.
“El euro ha sido la divisa del G10 que peor se ha comportado en julio. El 13 de julio, el euro sufrió un brutal desplome, cayendo hasta la paridad con el dólar estadounidense. La guerra entre Rusia y Ucrania ha tenido un gran impacto en la economía de la Eurozona (EZ). Debido a la gran dependencia de la zona euro de la energía rusa y al aumento de los precios del gas, la inflación general de la zona euro ha aumentado considerablemente. Incluso antes de que comenzara la guerra en Ucrania, Rusia había restringido el flujo de gas natural a la UE, dejando al bloque con bajos niveles de almacenamiento de gas. Actualmente, el flujo de gas que circula por el gasoducto Nord Stream 1 se ve obstaculizado por los retrasos en el mantenimiento que Rusia achaca a las sanciones que impiden el movimiento de piezas clave. Lo más probable es que Rusia esté dando largas al asunto para infligir dolor a la UE. La zona del euro se enfrenta a una inflación por choque energético mucho mayor que la de Estados Unidos. Las sanciones al gas son un riesgo clave para el euro”, matizan desde WisdomTreee, para añadir: “El Banco Central Europeo (BCE) llegó tarde a la fiesta de las subidas de tipos en julio, aumentando los tipos de interés en 50 puntos básicos (pb) por primera vez en once años. Además de hacer frente a la creciente preocupación por la inflación, el BCE también tiene que gestionar el aumento de los costes de los préstamos en la periferia. Reconociendo que los países de la zona euro se mueven a diferentes velocidades y que los mercados de bonos de algunos países serán más vulnerables al endurecimiento monetario, el banco central ha desarrollado una nueva herramienta, el Instrumento de Protección de la Transmisión. Esperamos que el BCE adelante los tipos en 50 puntos básicos el 8 de septiembre, seguidos de movimientos de 25 puntos básicos el 10 de octubre y el 15 de diciembre”.
Al otro lado del Atlántico, las razones de este fortalecimiento del dólar son, de forma fundamental, el sobrecalentamiento de la economía estadounidense, junto con la postura agresiva de la Reserva Federal. “En un momento en el que aumentan los riesgos de una recesión mundial, la economía estadounidense parece estar mejor posicionada en comparación con el resto del mundo. El mercado laboral estadounidense sigue siendo sólido, ya que se siguen añadiendo puestos de trabajo, los salarios se aceleran y el desempleo se mantiene en el nivel más bajo de las últimas cinco décadas. La inflación de los precios al consumo (IPC) de EE.UU. se desaceleró en julio, con un aumento del 8,5% interanual (interanual) frente al 9,1% de junio[2]. El debilitamiento del IPC de julio en EE.UU. es un importante catalizador para que el dólar se relaje, ya que la Reserva Federal podría cambiar el ritmo de las subidas de tipos”, explica Gupta.
“Las previsiones no son nada halagüeñas e incluso podría superarse la paridad. Los indicadores técnicos continúan siendo negativos, sobre todo en un gráfico de franja semanal, con el RSI oscilando principalmente por debajo de los 50 puntos y con un ADX en 45 puntos, algo que marca una fuerte tendencia. Los principales niveles de soporte que se deben monitorizar se encuentran en la paridad y, por extensión, en la zona de los 0,98. Al alza se monitorizan los niveles de resistencia en la zona de los 1,05 $”, explica el analista de eToro.