La reunión de la FED del mes de junio que termina esta jornada se lleva a cabo en un contexto marcado por el optimismo que se refleja en los mercados, después de que el Nasdaq 100 haya superado esta semana su máximo histórico y de que el dato de paro de mayo haya sorprendido al […]
BolsasLa reunión de la FED del mes de junio que termina esta jornada se lleva a cabo en un contexto marcado por el optimismo que se refleja en los mercados, después de que el Nasdaq 100 haya superado esta semana su máximo histórico y de que el dato de paro de mayo haya sorprendido al alejarse para bien, y mucho, de las previsiones (creación de 2,5 millones de trabajos frente a la destrucción prevista de 7,5 millones). De ahí que algunos analistas esperen ahora que la Reserva Federal se plantee “enfriar” un poco las bolsas tras su encuentro de este mes. “Dadas las medidas extraordinarias ya anunciadas por el Banco Central y el giro favorable de los últimos indicadores económicos, no esperamos ningún cambio en las políticas del FOMC en su reunión de este miércoles”, destaca Enrique Díaz, responsable de Riesgos de Ebury. Desde esta firma descartan que el organismo considere la opción de bajar los tipos hasta territorio negativo y señalan que uno de los focos de atención estará en las previsiones de la entidad.
Vigilar las perspectivas
Un punto importante de la reunión será la forma en la que el organismo presidido por Jerome Powell interprete el repunte de los mercados de valores, de crédito y materias primas, así como los últimos datos del paro. Así, si ve este último como “prueba de una recuperación en “V” más rápida de los esperado, el dólar, probablemente, se dispararía”, apunta Díaz.
Para Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, la reunión “debería ser esencialmente un ejercicio de comunicación”, tras la que Powell debería reiterar que conserva “margen de maniobra en un entorno aún incierto” y destacar “el alcance de la acción de la Fed”. No hay que olvidar la importante batería de medidas tomadas desde marzo: tipos a cero, compras de activos ilimitadas, préstamos directos a empresas, apoyo al mercado interbancario, compra de deuda gubernamental local, préstamos de 600.000 millones a pequeñas y medianas empresas… Dixmier coincide con Díaz en que será interesante escuchar las previsiones de la FED de inflación y tipos. “Junto con sus previsiones actualizadas del PIB, la Fed proporcionará -por primera vez desde diciembre- una actualización del dot-plot o diagrama de puntos, que mostrará dónde espera cada miembro del Comité que se sitúen los tipos de interés en los próximos años”, subrayan desde Ebury.
Control de la curva de rendimiento
Otro de los focos de atención estará situado en la posibilidad de que la Reserva Federal siga los pasos del Banco de Japón para controlar la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro. Sin embargo, existe cierto consenso sobre que no se introducirá esta medida esta semana. Desde Bank of America, por ejemplo, lo ven más probable en septiembre, pero destacan que Powell debería dar una idea de qué piensa sobre ello el Comité “ya que esperamos que enfrente varias preguntas sobre el tema”.
Esta medida consistiría en adoptar umbrales para los rendimientos de los bonos o mecanismos que anclarían los retornos de la deuda de largo plazo. No hay que olvidar que la curva de rendimientos se ha empinado en las últimas jornadas, después de que una mejora de datos macro desatara el ánimo liquidador en el mercado de deuda. Para Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, “si bien el fenómeno de empinamiento generalmente es una señal de mejora de las perspectivas de crecimiento, los indicadores de actividad prospectiva bastante pobres combinados con un optimista estado de riesgo en la renta variable advierten sobre los efectos no deseados de la política”.
De ahí que piense que “dado que las tasas de endeudamiento a corto y medio plazo ya son bajas, establecer tasas a más largo plazo podría ser bastante útil”, asegura. Sin embargo, también cree que “comprometerse con el control del rendimiento a largo plazo sobre una perspectiva económica bastante nublada es un paso arriesgado en la etapa actual, ya que podrían surgir riesgos inflacionarios excesivos en el futuro”.