Los bancos centrales de todo el mundo, especialmente la Reserva Federal y el Banco Central Europeo están inyectando liquidez a la economía vía estímulos, algo que podría tener repercusiones en la tasa de inflación en el medio plazo. “Las presiones inflacionarias están yendo en direcciones opuestas”, ya que por un lado se están generando economías […]
BolsasLos bancos centrales de todo el mundo, especialmente la Reserva Federal y el Banco Central Europeo están inyectando liquidez a la economía vía estímulos, algo que podría tener repercusiones en la tasa de inflación en el medio plazo. “Las presiones inflacionarias están yendo en direcciones opuestas”, ya que por un lado se están generando economías zombie y, por el otro, estamos asistiendo a “recuperación económica rápida gracias al dinero de helicópteros”, señala Alastair Irvine, Product Specialist, Independent Funds en Jupiter AM.
Tal y como indica el experto, “las economías zombie se caracterizan por un exceso de capacidad y un déficit de productividad”, lo que, como señala, tiene su símil científico en la teoría de Darwin por la que “solo sobreviven los más aptos”. El experto explica que en las economías zombie tiene lugar el “combate” entre la inflación y la deflación ya que, “aunque de manera natural sufren presiones deflacionarias, a medida que la economía comienza a recuperarse rápidamente, los precios de los productos básicos también se recuperarán conduciendo a una presión inflacionaria”. Y advierte de que aún está por ver quien se alza como vencedor de ese “combate”.
Por otro lado, Alastair advierte que “el dinero helicóptero, con el que se trata de estimular la confianza del consumidor y aumentar la demanda, nos puede llevar a la inflación”. Tal y como comenta el experto, el dinero helicóptero se puede inyectar de dos modos, “de manera directa, como hacen los gobiernos de Hong Kong, Japón y los Estados Unidos, que emiten un cheque a cada miembro del electorado con la instrucción de comprar bienes y servicios”, o, por el contrario, “de manera más sutil, con medidas como cancelar la deuda de los estudiantes o proporcionar esquemas de compra de vivienda por primera vez”.
Sin embargo, Alastair señala que, dada la gran cantidad de deuda que se está generando en el sistema global, “los bancos centrales no querrán ver una aceleración significativa de la inflación, ya que eso supondría aplicar tipos de interés más altos”; pero “también deben proteger de la deflación” porque los consumidores se ven obligados a posponer sus compras de hoy porque saben que el precio será menor mañana, y “eso provoca una contracción económica”, advierte Alastair.