Mayo ha sido un mes complejo para el mercado, no cabe duda. A principios del mes, Donald Trump anunció una nueva subida arancelaria a China y pocos días después llevó a cabo el veto a Huawei. Por si fuera poco, antes de acabar mayo, el presidente de Estados Unidos anunció una subida en las tasas […]
Bolsas
| 03 jun 2019
Mayo ha sido un mes complejo para el mercado, no cabe duda. A principios del mes, Donald Trump anunció una nueva subida arancelaria a China y pocos días después llevó a cabo el veto a Huawei. Por si fuera poco, antes de acabar mayo, el presidente de Estados Unidos anunció una subida en las tasas aduaneras a México por la cantidad de inmigrantes que estaban dejando pasar en la frontera.
Además del conflicto comercial, en Europa la dimisión de Theresa May deja en el aire el Brexit, ya que se desconoce quién será su sustituto al frente del partido conservador y si habrá o no elecciones en el Reino Unido. También en el Viejo Continente Italia vuelve a enfrentarse a Bruselas a costa de los presupuestos y vuelven a insistir en sobrepasar el objetivo de déficit.
Con este escenario, el mercado, como es lógico, se tambalea y los inversores buscan refugio y tener a buen recaudo su dinero. Por tanto, más allá de los bonos soberanos y de la renta fija en general, el oro es otro de los activos a los que siempre se mira cuando las bolsas comienzan a caer.
El metal dorado cotizada en 1.288 dólares la onza el 29 de mayo, mientras que ahora supera ya los 1.315 y se acerca a los máximos anuales situados en los 1.340 dólares por onza. No es algo sorprendente, ya que esta materia prima siempre ha actuado como contrapeso en las caídas bursátiles. De hecho, cuando las bolsas suben el oro tiende a bajar y viceversa.
“Creemos que el metal precioso está más propenso a subir, dado que es probable que los bancos centrales hayan culminado los ciclos de políticas restrictivas. Con muy poco margen para realizar recortes de tipos a pesar de esto último, es probable que a los bancos centrales los veamos recurrir a herramientas más creativas en caso de que enfrenten otro shock económico.”, destacan en el último informe de WisdomTree.
Desde la gestora especialista en materias primas avanzan también que su previsión es que el oro llegue a los 1.385 dólares en lo que queda de año. Un aumento considerable que reportaría al oro a máximos no vistos desde 2013. La subida del metal precioso también puede interpretarse como una señal más del acercamiento al final del ciclo económico y a una posible recesión. De hecho, desde 2008 a 2012 este activo tuvo una revalorización en su cotización de 1.000 dólares por onza.
