El fondo de inversión de impacto BeHappy nació a principios de este año con el objetivo de financiar proyectos que se enfocan en el desafío de la España vaciada y en otras iniciativas sostenibles y beneficiosas para el sector primario. BeHappy es un fondo social y está compuesto por profesionales del sector tecnológico, educativo e […]
El fondo de inversión de impacto BeHappy nació a principios de este año con el objetivo de financiar proyectos que se enfocan en el desafío de la España vaciada y en otras iniciativas sostenibles y beneficiosas para el sector primario.
BeHappy es un fondo social y está compuesto por profesionales del sector tecnológico, educativo e industrial. Entre ellos se encuentran Miguel Ángel Rodríguez Caveda, presidente de BeHappy Investents, Teófilo Domínguez, ex director General de la Fundación MAPFRE o Alfredo Yatzín, rector del Instituto Universitario Veracruzano.
El fondo de inversión de impacto nació con la filosofía de hacer crecer el valor de las inversiones a través del capital y del conocimiento de las empresas elegidas que trabajen para mejorar el mundo rural, el sector primario o el medio ambiente y creen empleo y riqueza.
En una entrevista para Dirigentes, Miguel Ángel Rodríguez, su presidente, ha explicado en qué consiste BeHappy con mayor profundidad y cuál es su hoja de ruta para el medio plazo.
La despoblación del medio rural es un problema que España lleva arrastrando desde hace varios años. Sin embargo, a raíz de la pandemia del Covid-19, se produjo un éxodo por parte de la población de las grandes ciudades hacia las áreas rurales, lo que ha permitido recordar y poner en valor las ventajas y las grandes oportunidades que ofrecen estos lugares.
Los datos del estudio Movimientos de población hacia el medio rural indican que entre 2018 y 2021 se han empadronado más de 200 mil personas en pequeños municipios y que pueblos de menos de 1.000 habitantes han tenido un saldo positivo. Es decir, han llegado más de los que se han ido. Aun así, una población envejecida y la baja natalidad hacen que el saldo global sea negativo. Otro dato relevante es que de las más de 57.000 personas que han llegado a municipios de menos de 5.000 habitantes en 2021, el 46% tiene menos de 35 años.
Básicamente los socios fundadores nos unimos para crear un fondo diferente con una visión más “romántica” en el cual primen, además de los réditos económicos, un impacto positivo en estas zonas porque la mayoría de nosotros somos de pequeños pueblos de distintas comunidades autónomas de España.
Efectivamente, el fondo se creó con un capital inicial de 600.000 euros, aunque en estos 10 primeros meses de vida ya hemos doblado esta cantidad y aspiramos a invertir 10 millones de euros y haber financiado entre 10 y 15 proyectos en los próximos 5 años, con el objetivo de obtener una rentabilidad neta anual de en torno al 20%.
Por el momento, se han analizado proyectos relacionados con la agricultura, la reutilización de residuos orgánicos y las energías renovables, entre otros y esperamos comunicar antes de finales del 2022 los 3 primeros proyectos en los que vamos a invertir.
En los procesos de selección tenemos en cuenta distintas variables y no solo las puramente numéricas. La gran mayoría de estas variables son más subjetivas: atractivo del proyecto en su conjunto, posibilidad real de salir adelante, capacidad para cambiar la sociedad y el medio rural, etc. Variables más parciales que el beneficio o la rentabilidad, pero a las que damos mucha importancia.
Además del proyecto en sí, también daremos, por ejemplo, mucho peso a las personas que los lideren, ya que son las piezas fundamentales para que algo pueda triunfar. El equipo es el 80%.
Por supuesto. Tras la Covid-19 se ha experimentado un cambio de tendencia y los socios fundadores de BeHappy Investments entendimos que había una oportunidad que debíamos aprovechar para atraer empresas, innovación, inversión y talento hacia el medio rural y hacia proyectos sostenibles y del sector primario. Por esta razón decidimos apoyar compañías que no solo tengan un gran potencial de crecimiento, sino que también cumplan una función social.
Vamos hacia una descentralización. Actualmente tu empresa ya no tiene por qué estar ubicada en Madrid o Barcelona donde los costes son tan elevados. Cada vez se crean más hubs en otras zonas como puede ser por ejemplo Málaga y en un futuro sucederá lo mismo en las zonas rurales.
Nuestra forma de contribuir es a través de la financiación de proyectos que tengan este impacto positivo en estas zonas. Sin embargo, el valor añadido de BeHappy Investments no está solamente en el apoyo financiero, el cual se puede obtener de un banco o de cualquier entidad privada.
Lo que hace realmente especial a este fondo es el expertise y las ganas de aportar de los miembros fundadores, cuyo bagaje profesional puede contribuir al éxito de los proyectos. De hecho, cada uno de los inversores aportará también su expertise a los proyectos en un área en particular. Por ejemplo, Pablo Peláez, CEO de Plain Concepts, hará mentoring sobre el ámbito tecnológico y la innovación y yo, como Global COO de 3AW, haré mentoring en Comunicación y Marketing.
Porque todos los fundadores consideramos que BeHappy Investments debe ser un vehículo para devolver a la sociedad algo de lo que nos ha dado. Los socios son gente de éxito que quieren dejar un mundo mejor para los que vienen detrás.
El espectro es amplio, a pesar de tener una visión muy definida. En cuanto a proyectos de interés, todos aquellos que estén relacionados con las áreas rurales, la España vaciada, la sostenibilidad y el sector primario pueden ser objeto de nuestra financiación.
En cuanto al tipo de inversores, es verdad que el fondo ha suscitado mucho interés, pero nos gustaría mantener esa visión “romántica”, es decir, que si se incorporan nuevos socios no solo aporten capital sino también conocimiento para las empresas en las que invirtamos.
Por el momento, se han analizado proyectos relacionados con la agricultura, la reutilización de residuos orgánicos y las energías renovables, entre otros. Uno de los que hemos estudiado a fondo, por ejemplo, convertía residuos orgánicos en materiales sustitutivos del plástico; otro transformaba basura del mar en elementos para la construcción; y otro generaba recursos alimenticios de forma eco-sostenible. También hemos visto uno que ayudaba al equilibrio del ecosistema animal
Es cierto que la situación de mercado actual no es la ideal, pero creemos en el potencial de los proyectos que estamos analizando. Incluso, si España entrase en recesión, las áreas rurales tendrán aún más interés precisamente por sus ventajas económicas.