La renta fija es uno de los activos que más está dando que hablar en este 2023, especialmente por las subidas de tipos que estamos viendo por parte de los bancos centrales, y las que se esperan. De esta clase de activos hablamos con Hernán Cortés, socio fundador y cogestor de Olea Neutral FI. Tras […]
La renta fija es uno de los activos que más está dando que hablar en este 2023, especialmente por las subidas de tipos que estamos viendo por parte de los bancos centrales, y las que se esperan. De esta clase de activos hablamos con Hernán Cortés, socio fundador y cogestor de Olea Neutral FI.
No me atrevería a denominarlo como el año de la renta fija. Evidentemente la situación está mejor de lo que estaba porque los tipos han hecho que los activos de corto plazo aumenten su rentabilidad de manera notable. Llevábamos desde 2011 sin ver estos niveles de retorno. Después de doce años la gente puede sacar una rentabilidad de sus ahorros sin asumir un gran riesgo.
Pero, hay que tener cuidado con asegurar que este es el año de la renta fija porque lo que es bueno para el corto plazo, no necesariamente lo es para el largo. En el largo plazo sigue habiendo riesgo de subida, porque los bancos centrales van a seguir subiendo los tipos hasta, previsiblemente el 4% en Europa y el 5,5% en Estados Unidos. Entonces, las curvas están tremendamente negativas en diez años. Esto espera fuertes expectativas de mejoras en la inflación y de que los tipos bajarán pronto. Por ejemplo, en el bono alemán está a niveles del 2,7 y nosotros lo vemos más en niveles del 3,25, y claro 50 puntos básicos en un bono a diez años es una caída de un 4%. Todo el carry que sacas por el cupón lo vas a perder por caída de precio.
En definitiva, es un año muy atractivo para el corto plazo, pero cuidado con las posiciones a largo plazo.
Los inversores que estuvieran invertidos van a tener que paciencia para recuperar. Porque claro, se ha pasado de rentabilidades del 0 hasta el 2,7, esa pérdida se va a recuperar a lo largo de los años al haberse normalizado los años al obtenerse. Se irán acumulando rentabilidades anuales del tres y pico y esto hará que poco a poco se recupere lo perdido. Esta es la única forma de recuperarse de una pérdida tan fuerte como la del año pasado.
Vemos muy bien lo que es corto plazo hasta un año o año y medio. En lo que es deuda soberana a medio y largo plazo, posiblemente el mes de junio será un buen momento para entrar. En cuanto al crédito, el investment grade va a tener un comportamiento similar al de la deuda soberana. Mientras que el high yield, diría que realmente si no situamos en la parte de más calidad crediticia podemos estar tranquilos, pero en calidades de doble B estamos en zona peligrosa. El spread del high yield ha pasado del 200 al 400 y ha llegado a 500. Estamos hablando de un siete y pico de tipo de financiación.
A más incertidumbre, más necesidad de que haya un gestión activa y dinámica. Hay que estar en los activos en los que la relación rentabilidad riesgo sea más atractiva y descartar aquellos activos donde esa relación no esté clara. El año pasado era un año que no había que tener deuda de gobiernos porque el riesgo de subida de tipos era claro. Descartar una clase de activo tan importante la tiene que hacer un gestor que tenga un mandato claro para incluir en cartera activos que puedan tener retornos atractivos.