El pasado mes de marzo la Asamblea Popular Nacional de China aprobó 21 enmiendas constitucionales, entre ellas la abolición del límite de dos mandatos para el cargo presidencial, lo que abre la posibilidad de que el actual jefe del Ejecutivo, Xi Jinping, pueda permanecer en el cargo más allá de 2023, cuando culmina su actual […]
Dirigentes Digital
| 23 abr 2018
El pasado mes de marzo la Asamblea Popular Nacional de China aprobó 21 enmiendas constitucionales, entre ellas la abolición del límite de dos mandatos para el cargo presidencial, lo que abre la posibilidad de que el actual jefe del Ejecutivo, Xi Jinping, pueda permanecer en el cargo más allá de 2023, cuando culmina su actual mandato. ¿Qué pasará ahora en China? ¿Qué impacto tendrán estos movimientos sobre su economía? Los expertos del equipo de Deutsche Bank Wealth Management señalan que, aunque este hecho pueda generar incertidumbre acerca de la transición de poder y la legitimidad del Gobierno a largo plazo, puede ser positivo en el corto y medio plazo para la economía china. Asimismo, se espera que conlleve una mejora de la eficiencia en la toma de decisiones por parte del Gobierno. A continuación, los analistas de la entidad destacan cinco puntos clave a tener en consideración al abordar al gigante asiático: Reformas que pueden dar paso a más reformas Los cambios institucionales que se han producido recientemente pueden abrir camino a que haya una mayor transformación del país. La eliminación del límite de mandatos presidenciales conlleva un cambio en el sistema de traspaso de poder que ha tenido lugar durante los últimos 30 años. Si bien puede generarse cierta incertidumbre alrededor de la futura transición de poder, la certidumbre de que Xi permanecerá al frente del Gobierno más allá de 2023 puede ser positivo en el corto y medio plazo, según indican los expertos de Deutsche Bank Wealth Management. Con un liderazgo estable, el Gobierno tiene la capacidad de formular y ejecutar políticas que sean beneficiosas para el país a largo plazo. En el plano económico, se facilitará la puesta en marcha de políticas para conseguir un crecimiento balanceado, reducir la pobreza, aumentar la productividad del trabajo a través de la tecnología y contener los riesgos derivados de la deuda del sector financiero. La permanencia a largo plazo de Xi puede ser beneficiosa también para las empresas chinas, que pueden esperar políticas económicas consistentes en el mercado doméstico y más apoyo del Gobierno a través de una mayor implementación de la iniciativa ‘One belt one road’. Se espera que Xi siga comprometido a una futura adopción de los principios de libre mercado en el largo plazo. Crecimiento estable…pero pendientes de la inflación Los mercados pronostican un crecimiento estable como el escenario más probable para China durante 2018. La visión de la entidad es que el riesgo que representa la deuda se pueda contener con los esfuerzos del Gobierno por desapalancar la economía. En este sentido, estiman un 70% de posibilidades de que China logre un crecimiento del 6,5% en 2018, apoyado en el consumo y las exportaciones, y que en 2019 caiga hasta el 6,3%. El yuan, por su parte debería retroceder con respecto al dólar hasta los 6,50 yuanes/dólar. Sin embargo, los expertos coinciden en señalar el riesgo que representa la inflación. En este sentido, aunque es un escenario mucho menos probable, consideran que, si un incremento de precios tuviera lugar a una mayor velocidad de la esperada, el Banco Popular de China tendría que ajustar su política monetaria de una manera más agresiva. Objetivos económicos más ajustados El Informe de Trabajo del Gobierno de 2018, elaborado por la Asamblea Nacional Popular, incluyó una serie de pequeñas -pero importantes- variaciones en los pronósticos del Ejecutivo. En cuanto al déficit fiscal, la meta es ahora situarlo en el 2,6%, en comparación con el 3% del 2017. Se podría entender que este objetivo de déficit fiscal menor al previsto puede tener como objetivo señalar la senda de ajuste del Gobierno este año, según los expertos de la entidad. Esto posiblemente quede reflejado en un menor apoyo fiscal a la economía y, sobre todo, en el gasto en infraestructuras. El objetivo de inflación, por su parte, queda en el 3%, en congruencia con las expectativas del mercado tras un 2017 en el que esta tasa fue inusualmente baja debido a los bajos precios de los alimentos. Sin embargo, un incremento por encima de esa cifra podría representar un riesgo para la economía este año. En resumen, en 2018 el Ejecutivo buscará tener un crecimiento de calidad en el que el consumo y las exportaciones deberían tener un papel clave. El desapalancamiento es clave Reducir los actuales niveles de apalancamiento es fundamental para las autoridades. Este año, el foco pasará a estar en contener la cada vez más elevada deuda de los hogares y la demanda de crédito para infraestructuras, que se elevaron considerablemente en 2017. El crédito no hipotecario representaba el 16% del PIB el año pasado, el tercer mayor porcentaje del mundo solo por detrás de EEUU y Hong Kong, donde ronda el 20%. En cuanto a las infraestructuras, se prevé que el Gobierno ponga sus esfuerzos en contener los estímulos y en frenar el gasto, que se incrementó un 15,8% en 2017 y un 16,1% en 2016. De momento, ya se han anunciado medidas destinadas a reducir la aprobación de financiación de proyectos en esta materia. El auge de nuevos sectores Deutsche Bank Wealth Management apunta que sectores tradicionales como el inmobiliario y el de infraestructuras se ralentizarán, mientras que otros, como los de salud, internet y el comercio electrónico, experimentarán un auge en su actividad. Los consumidores chinos gastan cada vez más en salud y en seguros y el cambio en sus patrones de consumo desde las tiendas físicas hacia las tiendas online parece irreversible. Además, al aumentar los salarios y los ingresos de las familias, hay una tendencia obvia de actualización de los bienes (o servicios) adquiridos. Los consumidores chinos ahora prefieren productos de mayor calidad y más individualizados y están dispuestos a invertir más en productos relacionados con sectores como la salud y los seguros.