Aunque la inversión sostenible sigue siendo algo reducida, lo cierto es que los inversores están cada vez más conciéncianos con la apuesta por los criterios EGS y además de ser responsable, aporta claras rentabilidades.
Tal y como señalan desde Allianz GI, un factor claro que ha impulsado el interés en esta inversión ha sido la amenaza del cambio climático. Desde la gestora insisten en la importancia que juegan los fondos sostenibles en las carteras, aunque vivimos en un momento de cambio constante.
Según Roland Rott, CFA y director de investigación de inversión sostenible y ESG del Grupo La Française, los inversores tienen cada vez más en cuenta el cambio climático en su toma de decisiones debido a los riesgos y oportunidades inherentes.
El entendido señala que los enfoques alrededor de esta inversión se diferencias por la dirección del impacto: el financiero (donde los inversores se centran en la gestión del riesgo financiero material que el cambio climático supone para el valor de los activos) y el del mundo real (los inversores tienen en cuenta cómo las actividades de las empresas en las que invierten afectan al cambio climático).
La perspectiva que combina ambos se denomina «doble materialidad». “Para la mayoría de los inversores, la integración del cambio climático en la toma de decisiones tiene que ver fundamentalmente con la gestión del riesgo. Las empresas que se encuentran en el lado equivocado de la transición hacia la reducción de las emisiones de carbono y las que no realizan la transición con la suficiente rapidez conllevan un mayor riesgo de inversión”, puntualiza Rott.
Por su parte, y como forma de enfrentarnos a una inversión muy marcada por la lucha contra el cambio climático, que ya se ha visto incluso a nivel institucional con las palabras de Biden, el compromiso de reducción de carbono de China y el acuerdo de París, Aberdeen Standard Investments ha señalado también las claves fundamentales a tener en cuenta.
El acuerdo de París sobre el clima en su quito aniversario
Así, Eva Cairns, senior ESG Investment Analyst de la gestora, señala en primer lugar la importancia del Acuerdo de París sobre el Clima, que cumplió su quinto aniversario en el mes de diciembre del año pasado.
“Su objetivo es mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C respecto a los niveles preindustriales y seguir esforzándose por limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C”, explica la experta para después apuntar sin embargo, que a pesar de todas las promesas hechas, “los países están bastante rezagados en sus compromisos para limitar el calentamiento global. De hecho, el mundo necesita reducir las emisiones a la mitad para 2030 para tener la oportunidad de limitar el calentamiento a 1,5ºC”.
De esta manera, y señalando que este acuerdo ha fracasado en su cometido y los datos sobre el calentamiento global de la ONU son especialmente preocupantes, Cairns apunta que, de no tomarse medidas drásticas, la temperatura podría aumentar más de 3°C este siglo, algo que “dejaría inhabitables grandes zonas del planeta, causaría extinciones masivas y provocaría migraciones a gran escala. En la actualidad, nuestros propios análisis apoyan la conclusión de que vamos camino de un calentamiento de 2,5 °C en el mundo”.
La experta añade que los flujos financieros no están siendo suficiente y añade: «la Agencia Internacional de la Energía estima que el mundo necesita asignar inmediatamente alrededor de 3,5 billones de dólares al año para financiar la descarbonización del sistema energético mundial a la velocidad y escala que implica el Acuerdo de París. En la actualidad, el mundo está asignando sólo alrededor de la mitad de dicha cantidad”, un déficit que según su criterio se debe en gran parte “a que las políticas y los compromisos de los gobiernos mundiales no se ajustan con los objetivos del Acuerdo de París”.
Una percepción que está cambiando
Eso sí, pese a que el acuerdo sobre el clima no ha sido el esperado, desde Aberdeen Standard Investments sí consideran que la percepción sobre este tema está cambiado, algo que se puede ver tras la marcha de Trump y las ganas de Biden por unirse al Acuerdo de París, el compromiso de China por llegar a la neutralidad de carbono en 2060 y con unas intenciones alentadoras en Europa, fundamentalmente en lo que respecta a su Green Deal de 1 billón de euros, el conjunto de iniciativas de la Comisión Europea para que el viejo continente sea climáticamente mundial para el 2050.
El hecho más significativo que encontramos a este respecto en 2020, según el informe Gap de la ONU, “fue el creciente número de empresas, ciudades, inversores, universidades y otros actores que se comprometieron a ser neutros en carbono para 2050”, señala la experta para añadir que, en conjunto, “los comprometidos con la neutralidad representan más del 50% del PIB mundial y el 25% de las emisiones”.
La transición energética, ya en marcha y fundamental
Para Eva Cairns, lo más importante es que la transición energética está en marcha. “La innovación del sector privado ha empezado a generar una caída en los precios de las energías renovables, como la solar. Diversas empresas, entre ellas algunas de las principales petroleras, se están sentando y tomando nota”, apunta.
Y es que la experta insiste en que para medir y evaluar cómo los distintos sectores abordan esta transición hacia energías más limpias, es importante realizar un análisis detallado de los escenarios climáticos.
“El análisis de escenarios climáticos es, por tanto, una parte vital de nuestra actividad de inversión. Nos permite evaluar el impacto financiero en los activos actuales de diferentes trayectorias climáticas, que van de 1,5°C a 4°C. Esto nos proporciona la visión de futuro que necesitamos para incorporar con solidez los riesgos y oportunidades que genera el cambio climático en nuestra toma de decisiones de inversión”, insiste.
Las oportunidades de inversión y enfoques ante este tablero de juego
La entendida apunta que la demanda de los clientes sobre inversión sostenible, que está creciendo rápidamente, va de la mano de los objetivos de París.
“Al igual que en el caso de la transición energética, los compromisos de emisiones cero neto producirán probablemente ganadores y perdedores, ya que algunas empresas cumplirán sus objetivos y otras se quedarán atrás”, precisa y explica que a la hora de separarlas, será necesario realizar un análisis de lo que cada empresa entiende por un compromiso de emisiones cero neto para 2050 o por el establecimiento de otros objetivos relacionados con los factores ESG.
Desde Grupo La Française, y teniendo en cuenta el impacto positivo, hay varias maneras en las que los inversores pueden gestionar los riesgos climáticos.
Por una parte, desinvertir en actividades con altas emisiones sería un punto clave según Roland Rott. “Uno de los principales inconvenientes de este enfoque es el hecho de que los impactos en el mundo real suelen ser insuficientes, ya que las acciones o bonos vendidos -por definición- son adquiridos por otro inversor y las emisiones de la empresa no cambian. Sólo si las desinversiones provocan un aumento significativo del coste del capital podrían ser efectivas. Para la mayoría de las soluciones de inversión sin una política de desinversión vinculante, es un método inadecuado para gestionar los riesgos climáticos”, expresa.
Otro de estos enfoques sería el de invertir en actividades con bajas emisiones de carbono, tales como los bonos verdes o empresas de tecnologías limpias. “Se trata de un paso crucial para que los inversores contribuyan a descarbonizar la economía reorientando la asignación de capital, pero el universo de inversión sigue siendo limitado”, indica el entendido.
Por otro lado, “invertir en la transición propiamente dicha, lo que incluye a todas las empresas que necesitan reducir sus emisiones y a las que ofrecen productos y servicios para hacer posible la transición”, apunta Rott para indicar que este enfoque permite invertir en el conjunto de la economía, por lo que debe apoyarse en el compromiso con las empresas que necesitan reducir sus emisiones con mayor urgencia.
“Los inversores fijan sus propios objetivos de reducción de carbono y cada vez muestran más interés por alinear sus carteras con los escenarios del cambio climático. Sin embargo, sigue siendo un reto encontrar un enfoque adecuado en todas las clases de activos y manejar las numerosas exposiciones de las carteras a las empresas específicas. El progreso requiere una estandarización para mejorar la disponibilidad, la coherencia y la comparabilidad de los datos, que puede ser dirigida por los responsables políticos y los reguladores o a través de la autorregulación”, indica el entendido de La Française.
La 26ª Conferencia las de la ONU sobre el Cambio Climático
Reino Unido acogerá la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático el próximo mes de noviembre de 2021, en la que muchos expertos han depositado amplias esperanzas.
2021-03-04 00:06:21