Desde que la emergencia sanitaria llegó a nuestras vidas, los hábitos de consumo han virado hacia un escenario donde la implantación de la tecnología está presente en la mayor parte de los procesos. El turismo es una prueba de ello. Se trata de un ámbito en el que la compra online de viajes ha experimentado […]
Dirigentes Digital
| 27 jun 2022
Desde que la emergencia sanitaria llegó a nuestras vidas, los hábitos de consumo han virado hacia un escenario donde la implantación de la tecnología está presente en la mayor parte de los procesos. El turismo es una prueba de ello. Se trata de un ámbito en el que la compra online de viajes ha experimentado una importante recuperación en 2022, a pesar de que todavía no alcanza las cifras prepandémicas. Según el informe Pulso Digital elaborado por Adevinta, antes de la COVID-19, el 44% de la población aseguraba contratar sus viajes por Internet. Esta cifra disminuyó hasta el 15% tras la aparición de la crisis y, en 2021, creció 16 puntos hasta alcanzar el 31%.
Tal y como señalan los datos ofrecidos por la compañía especializada en digitalización de la facturación y pagos electrónicos, Voxel, la industria turística prevé una facturación de 135.000 millones de euros en 2022, lo que supondría recuperar el 87,5% de la actividad que se desarrollaba antes de la primavera de 2020. En este contexto, desde la organización reconocen que las herramientas tecnológicas son fundamentales para conectar empresas y digitalizar los procesos de facturación y pago. Y, en este punto, consideran que también son una vía para abordar las ineficiencias y adoptar oportunidades de mejora, tales como la reducción de costes y el incremento de la eficiencia.
A la hora de abordar los pagos B2B, el presidente y socio fundador de Voxel, Xavier Ginesta, detalla que uno de los retos donde el desarrollo de los sistemas de pago y facturación pueden contribuir a impulsar la recuperación del turismo es en la generación de confianza y la minimización del riesgo. “Uno de los grandes problemas que tenía la industria al salir de la pandemia era el riesgo de impago. Puede ser que esta empresa caiga en quiebra y luego no me pague”, explica a la hora de analizar uno de los principales temores de las agencias cuando le pagan a una aerolínea, por ejemplo.
De igual modo ocurre al trabajar con alojamientos: “El hotel, por otro lado, puede tener intranquilidad de que si no cobra antes del check-in o si cobra después del check-out puede haber riesgo de que la agencia que le tiene que pagar luego no lo haga. Por lo tanto, dar crédito a las agencias es delicado”, declara.
En este sentido, para impulsar la eficiencia durante los procesos de facturación y pago, y poder incorporar sus ventajas competitivas, desde Voxel subrayan el papel del Payment Manager, entendido como una herramienta que permite automatizar los flujos de pago y ejecutar toda la secuencia de instrucciones que se necesitan para que el dinero alcance la cuenta corriente de su destinatario en el momento indicado. De este modo, su trabajo asegura que “todos los flujos de pagos B2B sean totalmente automáticos, sin que exista ningún tipo de restricción a la hora de ejecutarlos y que todos los pagos se realicen cuando se deben ejecutar”. Para lograrlo, permite “que no haya ningún proceso manual y, por lo tanto, no existan errores que signifiquen costes administrativos para reparar lo que se ha hecho mal o de reclamo de lo que no se ha pagado”.
Además, sus beneficios también se extienden al cliente pagador. Es decir, ahora es posible “convertir lo que antes era un centro de costes en un centro de beneficios”. Siguiendo con el ejemplo del hotel, las ventajas del Payment Manager se concentran en la capacidad de optimizar sus flujos de cobro y su capital de trabajo. Así, “permite a los hoteles mejorar significativamente la puntualidad en los cobros y optimizar sus costes de adquirencia, ya que no tienen por qué ceñirse exclusivamente al uso de tarjetas de crédito, sino que pueden optar a sistemas de pagos más flexibles que estén más en línea con la relación comercial que les une con cada cliente”.
Por último, la incorporación de la tecnología también introduce beneficios directos para el cliente final en la medida en que, si la industria funciona “de manera más eficiente”, es capaz de reducir costes “gracias a que toda su cadena de valor se digitaliza. Por lo tanto, las principales ventajas para los clientes finales son la reducción del precio y la eliminación de problemas que todavía existen a la hora de hacer, por ejemplo, el check-out en un hotel.