En cuanto a hardware relevantes en los últimos tiempos, los drones están tomando cada vez más impulso sobre todo gracias a su versatilidad, precisión y reducción de costes en la realización de esas mismas actividades de manera manual. Así lo explica Ofiteat, especialista en servicios de topografía con drones, que realiza con esta tecnología desde […]
Dirigentes Digital
| 03 sep 2020
En cuanto a hardware relevantes en los últimos tiempos, los drones están tomando cada vez más impulso sobre todo gracias a su versatilidad, precisión y reducción de costes en la realización de esas mismas actividades de manera manual. Así lo explica Ofiteat, especialista en servicios de topografía con drones, que realiza con esta tecnología desde levantamientos topográficos, hasta inspecciones de líneas eléctricas o inspecciones termográficas y que es pionera en España en el uso de esta tecnología.
La termografía se encarga, justamente, de medir determinadas temperaturas sin tener ningún tipo de contacto físico. Esto se realiza a través de la captación de la radiación infrarroja con el uso de cámaras térmicas.
Actualmente se está escuchando esta fórmula mucho por todo lo relacionado con el coronavirus, ya que empresas privadas o grandes centros con mucha afluencia de personas las tienen instaladas para poder controlar si existe alguna persona que pueda tener fiebre alta.
Pero, con independencia de la temperatura de las personas que, seguramente, es la aplicación más común de la termografía que se puede conocer a nivel de calle, se puede vigilar la temperatura de casi cualquier cosa que se necesite saber.
Un ejemplo de un servicio de termografía podría ser su aplicación en edificios para detectar los puntos débiles de pérdida de energía, por ejemplo.
La termografía en edificios actualmente es útil antes de iniciar cualquier proyecto de rehabilitación para ofrecer un diagnóstico acertado de la situación de partida y poder así armar un proyecto acorde a las necesidades reales.
La idea de realizar el servicio de termografía con drones es por la capacidad que tiene de llegar a establecer mediciones más concretas. En el caso de Ofiteat, se dispone de una tecnología avanzada, con plataformas multi-rotor, captura de datos multiespectrales, RGB y térmicos que permiten hacer una medida real.
Además de estudiar la temperatura de edificios y otras instalaciones, los drones tienen muchas más aplicaciones. Nos atreveríamos a decir que casi infinitas, dada su adaptabilidad.
Gestión forestal – riesgo de incendio, grado de control de la biomasa, etc – o vigilancia en zonas costeras – seguridad en las playas, seguridad marítima, etc – pueden ser algunas de más conocidas. Tampoco hay que olvidar que ya, hasta el sector de las bodas, se ha hecho con su dron y ofrecen el servicio fotográfico a través de estos vehículos no tripulados, desde una perspectiva distinta a lo habitual.
Esto hace pensar en la profunda democratización que se está dando en la tecnología, con versiones sencillas que pueden estar al alcance de la mano. En el caso de los drones, además, existen reglas precisas sobre su vuelo lo que hace que el manejo sea mucho más responsable que el uso de otras tecnologías que tengan un carácter más doméstico y/o personal.
Igualmente, también los drones han ocupado un papel importante durante la pandemia del coronavirus, sirviendo como altavoz a las órdenes de quedarse en casa o, en el caso de China, incluso, desinfectando calles.
Probablemente ésta sea una carrera de fondo. España cuenta con empresas punteras en esta tecnología que tienen ya su repercusión a nivel internacional. Ofiteat es una de ellas, presente ya en Chile y en Japón.
Igualmente, iniciativas como la Civil UAVs Initiative, impulsada por la Xunta de Galicia, fomentan también la creación de soluciones tecnológicas con drones así como toda la industria que se puede formar alrededor de la misma, generando también conocimiento y muchos puestos de trabajo, directos e indirectos.
El gran desarrollo tecnológico está abocado al nacimiento de nuevas profesiones y nuevos perfiles que se relacionen íntimamente con el manejo de estos nuevos instrumentos y con la capacidad suficiente para poderse adaptar a los cambios que se producen de manera rápida.
Hay que tener en cuenta que, aunque los drones no vayan tripulados, esto no significa que no haya ninguna persona encargada de su vuelo y monitorización.
Amazon, por ejemplo, ya ha sido autorizada por Administración Federal de Aviación de EE.UU para poder hacer entrega de sus paquetes con drones, creando una nueva división “Amazon Prime Air”. Y, aunque esta fórmula tarde bastante en consolidarse es una realidad que está más cerca de lo que se piensa.
En este campo, la figura del mensajero tradicional dejará progresivamente de existir, dando lugar a un perfil técnico, con formación tecnológica y, seguramente, mejor retribuido.
Como en las revoluciones industriales, ésta, la era de internet y las nuevas tecnologías, también trae cierta incertidumbre a la hora de la continuidad de los trabajos tradicionales y, sin embargo, se acabará haciendo una reconversión natural y, se espera, indolora. Hay tiempo aún para prepararse.