El barril de Brent comenzó un nuevo rally a finales del mes de junio que le ha llevado a tocar los 85 dólares por barril en la segunda semana del mes de agosto. Una subida del 18% en poco menos de mes y medio que hace pensar en una posible corrección o, por el contrario, […]
El barril de Brent comenzó un nuevo rally a finales del mes de junio que le ha llevado a tocar los 85 dólares por barril en la segunda semana del mes de agosto. Una subida del 18% en poco menos de mes y medio que hace pensar en una posible corrección o, por el contrario, en una continuación alcista que le acerque a los máximos de los últimos doce meses, que se encuentran en los 98 dólares por barril.
Lo cierto es que los motivos principales hay que buscarlos en dos frentes distintos. El primero de ellos se encuentra en los recortes de producción impuestos por la OPEP, mientras que el segundo se enfoca en el aumento de la demanda de los consumidores. Y es que, en los últimos meses los países exportadores de petróleo han retirado un total de 1,5 millones de barriles al día del mercado. De hecho, la producción se encuentra en su nivel más bajo desde hace dos años.
Por otro lado, la demanda, especialmente la aérea, ha repuntado con fuerza volviendo a los niveles de normalidad. De hecho, la demanda ha tocado nuevos récords mundiales superando los 100,9 millones de barriles demandados entre todos los países del globo.
Aunque también hay otros factores importantes, como las subidas de precios de crudo aplicadas por Arabia Saudí, la combinación de esos dos principales factores son los causantes que han hecho que el Brent toque, de nuevo, los 85 dólares por barril. Sin embargo, ahora cabe preguntarse si este rally continuará o si por el contrario se avecina una corrección de los precios.
“La subida de los precios del petróleo puede "autocorregirse" al desencadenar temores de desaceleración de la demanda impulsados por la macroeconomía mundial, mientras que la subida de los precios también pondrá a prueba la determinación de la OPEP de recortar la oferta. Como contrapartida, las curvas a plazo están muy atrasadas, lo que refleja la previsión de una fuerte caída de los precios en el futuro, pero también, de forma contraintuitiva, ayuda a los precios en la actualidad. Los inventarios mundiales también son bajos. El mundo está atento, ya que unos precios más altos socavarían las perspectivas de inflación y tipos de interés más bajos”, asegura Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
Si bien es cierto que la ralentización de la economía china puede ser un motivo de corrección del petróleo, la fortaleza de las economías occidentales hace de contrapeso para mantener los precios al alza. Pero, no solo eso, sino que la reserva estratégica de petróleo de los Estados Unidos se encuentra en mínimos desde 1985, lo que hace que el país haya comenzado a llenar de nuevo su despensa de crudo.
Así las cosas, cabe mirar al futuro y a lo que los inversores están pensando en estos momentos. Y es que, en palabras de Laidler, “Los futuros muestran que los inversores ven precios más bajos. Esta "retracción" puede ser positiva en sentido contrario a la intuición. Los precios altos de hoy incentivan la venta de inventarios, apoyando los precios futuros. Incentiva la producción hoy en lugar de invertir en la producción futura. Permite a los operadores comprar más petróleo por el mismo coste mediante contratos a precios más bajos”.
En resumen, el barril de Brent experimentó un ascenso notable, alcanzando los 85 dólares por barril tras un aumento del 18% en poco más de mes y medio. Este repunte se atribuye principalmente a los recortes de producción de la OPEP y a la creciente demanda, especialmente en el sector aéreo. Aunque factores como las alzas de precios por Arabia Saudita también influyeron, la combinación de recortes de oferta y aumento de la demanda fue determinante. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre la dirección futura de los precios, ya que la economía china y la reserva estratégica de petróleo de EE. UU. podrían ejercer influencia. Los inversores se anticipan a posibles caídas de precios, pero esta dinámica podría resultar paradójicamente en un apoyo a los precios futuros debido a las decisiones estratégicas en producción e inventario.