David Page, Head of Macro Research & Core Investments, asegura que: “la tasa de crecimiento global para 2021 será la más rápida desde 2010 al situarse en un 5,4%”. De manera más concreta, esto se traduciría en un “4,6% de crecimiento del PIB de España y un 5,2% en la Eurozona”, así como un “cremiento […]
BolsasDavid Page, Head of Macro Research & Core Investments, asegura que: “la tasa de crecimiento global para 2021 será la más rápida desde 2010 al situarse en un 5,4%”. De manera más concreta, esto se traduciría en un “4,6% de crecimiento del PIB de España y un 5,2% en la Eurozona”, así como un “cremiento de 4% para EE.UU. y de un 8% para China” para el año que viene. Así, indica que “la mayoría de los países registrarán un fuerte crecimiento en el tercer y cuarto trimestre de 2020”. Aunque advierte que “la recuperación está condicionada a tres factores: “la no recurrencia del Covid-19 más allá de 2020, la protección del mercado laboral y el impacto completo de las políticas de estímulos presentes y futuras” e incide en que “la reacción del merado laboral será clave”.
En su análisis, Page comenta que, probablemente, “las economías globales sufrirán un exceso de oferta y atravesarán una brecha negativa de producción hasta finales de 2021”, lo que explica las actuales “condiciones desinflacionistas” y señala que “la perspectiva de crecimiento global para 2020 ha bajado a un -1.8%”, siendo esta la más baja desde la década de 1960″. Así, destaca que el “sector de las viviendas y los bienes duraderos son los que podrían experimentar mayores desaceleraciones”, mientras que “las áreas de atención médica y el cuidado personal podrían ver un aumento del gasto”.
Por otro lado, Page señala que, mientras las cifras oficiales del PIB llegan (finales de julio), los datos del PMI y del consumo de electricidad pueden ser buenos indicadores. El PMI manufacturero de marzo cayó a 44.5, “su nivel más bajo desde julio de 2010″, mientras que el PMI de servicios alcanzó un mínimo histórico de 26.4, lo que está directamente relacionado con una fuerte caída en la actividad”.
Sobre el endeudamiento, Page señala que su aumento es actualmente lo más importante ya que los gobiernos de todo el mundo sufrieron un aumento sustancial del endeudamiento durante la crisis financiera de 2008 y, tras los esfuerzos recientes, ésto “aumentará aún más llevando la deuda general a niveles nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial”. De esta forma, señala que el endeudamiento corporativo “pesará en las futuras inversiones y decisiones de contratación” y, probablemente, “restringirá cualquier recuperación futura, a pesar de las medidas de estímulo”.