En las últimas horas el EURUSD ha subido hasta superar niveles de 1,18 y marcar máximos desde enero de 2015. Más allá del descarrilado del “Trump trade” y la bajada de la inflación estadounidense, el debilitamiento de los datos económicos estadounidenses también está contribuyendo a debilitar el dólar, templando así las expectativas del mercado sobre […]
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| 27 jun 2018
En las últimas horas el EURUSD ha subido hasta superar niveles de 1,18 y marcar máximos desde enero de 2015. Más allá del descarrilado del “Trump trade” y la bajada de la inflación estadounidense, el debilitamiento de los datos económicos estadounidenses también está contribuyendo a debilitar el dólar, templando así las expectativas del mercado sobre nuevas subidas de tipos según John J Hardy, jefe de estrategia en divisas de Saxo Bank, que realiza el siguiente análisis: Detrás de la reciente caída del dólar está la incapacidad de Trump para poner en marcha sus políticas y su confrontación sin éxito con el establishment de Washington, que han anulado casi totalmente el potencial del ‘Trump trade’ (la combinación de reformas tributarias y estímulos de crecimiento con los que pretendía impulsar el desempeño económico de EE.UU. y fortalecer su moneda). También es cierto que el dólar podría haber tropezado menos si no fuera por el flujo constante de débiles datos económicos en el segundo trimestre, en un momento en que precisamente Europa y Japón estaban desarrollando todo potencial. De hecho, la temporada de resultados empresariales europea es la más fuerte en más de una década, con las lecturas de EBITDA subiendo a niveles récord. Entre tanto, la Reserva Federal de EE.UU. ha logrado sacar adelante dos subidas de tipos este año, pero las condiciones financieras se mantuvieron cerca de los límites del ciclo. En el segundo trimestre algunos cuestionaron la insistencia de la Fed en encogerse de hombros ante la debilidad de los datos macro estadounidense y continuar buscando nuevas subidas de tipos, mientras que incluso esbozaban planes para lanzar un ajuste cuantitativo del balance este año. El mercado sigue creyendo que la Fed no se acercará a las previsiones de subidas de tipos que el propio organismo maneja más allá de este año. Pero una razón para que la Fed se muestre un poco más dura este año es que la presidenta Janet Yellen está en “modo legado”, encontrándose al final de su larga carrera en el organismo, pues inevitablemente va ser reemplazada por un nuevo candidato afín a Trump a comienzos de 2018. Yellen tal vez quiera ser recordada como la presidenta que sacó a la Fed de la era de la flexibilización cuantitativa y de la política de tipos de interés cero, aunque con cautela. Esto puede suceder hasta cierto punto, pero es más convincente creer en una situación alternativa: la Fed simplemente quiere dejar el papel de “Maestro del Universo”. Profundamente preocupada por la ineficacia de las herramientas ZIRP (Zero interest-rate policy o política de tipos de interés cero) y QE que ha empleado desde la crisis financiera global y por el agravamiento de la desigualdad que estas herramientas han causado, la Fed está acabando su trabajo y quiere pasar la batuta política al Gobierno. Sospechamos que la narrativa “Goldilocks” (debilitamiento de la inflación conjugado con una visión agresiva de la Fed) será cada vez más difícil de mantener, aunque es posible que se arrastre durante una parte sustancial del verano antes de rendirse a un aumento de la volatilidad en otoño. Entonces, las complicaciones económicas podrían llevar a un aumento de la volatilidad, hecho que probablemente apoyaría al dólar estadounidense como activo refugio y amortiguaría el entusiasmo por el mercado emergente y las monedas de mercados desarrollados menos importantes. La compra de euros y el posicionamiento especulativo ya están llegando demasiado lejos.