El mismo día que Donald Trump visite por segunda vez Bruselas, la UE y Japón estarán firmando un acuerdo de libre comercio para lanzar una “potente señal contra el proteccionismo”. Será el próximo miércoles, en una Cumbre mientras a pocos kilómetros los líderes de la OTAN discutirán la política de defensa trasatlántica y las exigencias […]
InternacionalDirigentes Digital
| 07 jul 2018
El mismo día que Donald Trump visite por segunda vez Bruselas, la UE y Japón estarán firmando un acuerdo de libre comercio para lanzar una “potente señal contra el proteccionismo”. Será el próximo miércoles, en una Cumbre mientras a pocos kilómetros los líderes de la OTAN discutirán la política de defensa trasatlántica y las exigencias estadounidenses para que Europa aumente su presupuesto militar.
Europa y Japón quieren profundizar sus relaciones económicas y el comercio es el camino a seguir, una agenda que Bruselas exprime a lo largo del planeta mientras libra la guerra abierta por el actual ocupante de la Casa Blanca. Gracias a la Asociación Económica y Estratégica con Japón, tradicional aliado de Estados Unidos, los europeos crearán “una zona de libre comercio que cubrirá 600 millones de personas y un tercio del PIB global”, en palabras de Cecilia Malmstrom, la Comisaria europea responsable de esta política.
A nadie en Bruselas se le escapa que la coincidencia de las citas lleva una carga simbólica porque el acuerdo comercial es un torpedo a la línea de flotación del actual proteccionismo estadounidense, propagado por cada amenaza y acusación de Trump vía redes sociales.
“Consideramos que es el momento y el lugar adecuados” para sellar estos pactos, asegura una alta fuente comunitaria. En realidad, la UE y Japón van a firmar dos, no un mero tratado de libre comercio. El primero es un Acuerdo de Asociación Económica volcado en cuestiones comerciales con el objetivo de eliminar o reducir casi a cero el 99% de las tarifas aplicadas a las exportaciones europeas cuando pisan suelo nipón. Los cálculos de la Comisión Europea prevén el fin del 99% de esas tarifas, que en la actualidad alcanzan los 1.000 millones de euros anuales.
Más de 70.000 empresas europeas exportan a Japón, pero las grandes beneficiadas con este acuerdo comercial serán las agrícolas y el sector de la alimentación. La venta de vinos, de pasta o chocolate, la de queso y productos lácteos quedará libre de esas tarifas arancelarias. Otro sector beneficiado será la industria, especialmente productos químicos, cosméticos o textiles.
“Se trata de enviar una potente señal contra el proteccionismo y de ofrecer beneficios significativos para nuestros ciudadanos y nuestras empresas”, reconocen estas fuentes; aumentar en un 180% las exportaciones a Japón de alimentos procesados, en un 20% las de productos químicos y en un 16% la maquinaria eléctrica.
El segundo es el Acuerdo de Asociación Estratégica entre la UE y Japón con el que pactar políticas contra el cambio climático, la lucha contra el cibercrimen o la seguridad energética, además de aumentar el diálogo y la cooperación bilateral ante los desastres naturales y los desafíos demográficos. Japón es la punta de lanza europea para desarrollar “una agenda muy dinámica con los socios asiáticos”, en palabras de este funcionario europeo. En los próximos meses llegarán acuerdos en materias de seguridad y economía con Singapur o Vietnam, en octubre se espera firmar una Asociación Estratégica con India y, además, la UE mantendrá con ASEAN, la asociación de diez países del sudeste asiático, una cumbre en otoño.
La guerra del automóvil
El Presidente de Estados Unidos debe decidir en las próximas semanas si ejecuta la amenaza de subida arancelaria a la importación de coches y componentes automovilísticos europeos. El volumen total de lo comprado a la UE en este sector asciende a 50.000 millones de euros y en Bruselas se trabaja para tener preparadas a tiempo contramedidas equivalentes. Los últimos rumores en la capital comunitaria apuntan a un paquete ya listo con incrementos de las tarifas por 18.000 millones de euros, desde alimentos elaborados como el kétchup al pescado congelado o a productos manufacturados como vendas adhesivas.
La diplomacia y los movimientos políticos a ambos lados del Atlántico no paran. La canciller alemana Angela Merkel estaría “dispuesta a apoyar” una rebaja de los aranceles a la importación de coches estadounidenses para aplacar la ira de Trump pero “siempre que esas negociaciones no fuesen sólo con EEUU”. Corea del Sur, China o Japón entrarían dentro de un gran pacto global. El embajador estadounidense en Alemania habría ofrecido a las automovilísticas germanas la suspensión de la amenaza de la subida arancelaria a cambio de que la UE redujese los suyos a los vehículos norteamericanos.
En medio de este tira y afloja comercial, la UE eliminará completamente dentro de siete años sus tarifas a las importaciones de coches japoneses, tiempo suficiente para que “la industria europea esté preparada” ante el desembarco nipón, según una segunda fuente comunitaria. Bruselas y Tokio analizan cómo afectaría a sus importantes industrias del motor, fuertemente interrelacionados, el grupo Renault-Nissan-Mitsubishi sería sólo un ejemplo, la posible decisión que tome la Administración Trump.
Esta segunda fuente comunitaria descarta que la firma del miércoles adelante una oferta conjunta de Bruselas y Tokio a Washington sobre los aranceles al motor, pero sí reconoce que “la amenaza de las tarifas está muy presente” y que “no es la primera vez” que ambas partes discuten cómo responder a Trump.